Mujeres organizadas contribuyen a la resiliencia hídrica de su comunidad, a través de acciones de conservación, restauración y manejo sostenible

Termina el primer ciclo de implementación de acciones que fortalecen la resiliencia de ecosistemas y comunidades, para contribuir a la seguridad hídrica de Jalisco

15 de Agosto de 2022

A lo largo del ciclo, se priorizaron tres subcuencas hidrológicas de intervención, entre ellas las de los ríos Santiago y Zula, en Jalisco.

Chapala, Jalisco, a 11 de agosto de 2022. En el marco del proyecto Resiliencia Hídrica, se realizó el cierre del primer ciclo de implementación de acciones piloto que contribuyen a la seguridad hídrica de las cuencas Santiago y Zula, en Jalisco. Las acciones implementadas tuvieron impacto positivo en los ecosistemas de la región, así como a nivel comunitario.

El proyecto Resiliencia hídrica está cerrando su primer ciclo de implementación, el cual inició en enero de 2020 y tuvo una vigencia de 18 meses. A lo largo del ciclo, se priorizaron tres subcuencas hidrológicas de intervención, entre ellas las de los ríos Santiago y Zula, en Jalisco. Durante este tiempo, el proyecto se enfocó en:

1) Generar estrategias de gestión participativa, con enfoque de Soluciones basadas en la Naturaleza, para la seguridad hídrica.

2) Implementar acciones piloto con enfoque de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) para contribuir a fortalecer la resiliencia de ecosistemas y de comunidades.

3) Fortalecer la gobernanza de las cuencas, para contribuir a la gobernanza del agua. Para dar cierre al primer ciclo de implementación, se llevó a cabo un taller para las cuencas Santiago y Zula, Jalisco.

El evento, desarrollado el 8 de agosto, contó con la participación de representantes de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de Jalisco (SEMADET), la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), la Secretaría de Gestión Integral del Agua de Jalisco (SGIA), la Asociación Intermunicipal para la Protección del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Lago de Chapala (AIPROMADES) y el equipo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México.

Como parte de las actividades, el PNUD en México, a través de la Coordinadora Técnica del Proyecto, presentó los resultados alcanzados para cada uno de los componentes de esta etapa. Se resaltó la importancia de contar con un diagnóstico para las cuencas en las que se identifican las zonas que deben ser priorizadas para implementar acciones de conservación, restauración y aprovechamiento sustentable, así como una propuesta de catálogo de acciones con enfoque de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) que contribuyan a la seguridad hídrica, como parte del componente 1.

Además, se describieron las diversas acciones que se han desarrollado para fortalecer capacidades de actores clave de las cuencas, enmarcadas en el componente 3, así como las redes y alianzas que se han creado, a través de la conformación de un Comité Técnico de Seguimiento. Éste es un grupo interinstitucional que ha participado en las distintas etapas del proyecto, brindando retroalimentación técnica, supervisión y acompañamiento, a través de reuniones trimestrales.

El evento, desarrollado el 8 de agosto, contó con la participación de representantes de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de Jalisco (SEMADET), la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), la Secretaría de Gestión Integral del Agua de Jalisco (SGIA), la Asociación Intermunicipal para la Protección del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Lago de Chapala (AIPROMADES) y el equipo del PNUD en México.

En el caso de los resultados del componente 2 y con el fin de reconocer los impactos en el territorio, se realizó un recorrido en la zona de intervención. Éste contó con la participación del socio local, AIPROMADES, quién implementó de las acciones piloto de SbN para la seguridad hídrica en la localidad de Santa Cruz de la Soledad, en el municipio de Chapala, Jalisco. Entre las acciones realizadas se pudo observar:

  • La construcción de 840 metros de barreras de piedra y acomodo de material muerto; incluyendo la generación de barreras naturales para proteger ecosistemas restaurados; también la producción y dispersaron bombas de semillas para revegetar 23 hectáreas y la se reforestaron en 2.5 hectáreas. En su conjunto estas acciones permitirán mejorar la calidad de suelos e incrementar la cobertura vegetal de la zona. Con ello, se favorece la infiltración de agua al subsuelo y, por tanto, que haya disponibilidad hídrica para los habitantes de la localidad.
  • La limpieza de 15.6 hectáreas a través de la recolección de residuos en los cuerpos de agua de la localidad que ayudará a reducir el impacto de la contaminación del agua, así como identificar sus fuentes y dar pautas para su gestión.
  • También se restauraron 1.7 km de brechas cortafuego ante los incendios forestales, se revegetaron 23 hectáreas y se removieron especies invasoras en 23 hectáreas más. Estas acciones ayudan a mantener e incrementar la vegetación de la región, con especies nativas, que son claves para mantener la humedad del ambiente y de los suelos, favorecer la producción de agua y para promover la infiltración de agua.

Cabe recalcar que estas acciones fueron realizadas, principalmente, por un grupo de mujeres habitantes de la localidad, de diversas edades. Al realizar las acciones de conservación y restauración, las mujeres no sólo demostraron fuerza física y valor. Además, ellas lograron apropiarse de los espacios públicos de su localidad; se empoderaron para poder cuidar sus recursos y su territorio; y demostraron al resto de su comunidad que unidas son capaces de transformar su entorno.

Estas acciones tuvieron un impacto positivo en 93 hectáreas de superficie, beneficiando directamente a 1,680 personas de la localidad, cabe destacar que las acciones fueron realizadas por dos brigadas locales, integradas por mujeres y hombres de la localidad.

Adicionalmente, AIPROMADES, en directa coordinación con el PNUD, trabajó en fortalecer las capacidades de integrantes de la comunidad Santa Cruz de la Soledad, en dos vías:

a) Empoderamiento de las mujeres para la gobernanza de ecosistemas y del agua: se trabajó con un grupo de mujeres para capacitarlas técnicamente para conservar y restaurar los ecosistemas de su localidad. Además, las mujeres fortalecieron sus capacidades en materia de agua, servicios ecosistémicos, cambio climático y resiliencia, manejo del fuego, cultura de la paz, resolución de conflictos, entre otros temas.

b) Mejoramiento de prácticas productivas: con el fin de transitar al desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles y de menor impacto, se capacitó a productores para producir insumos orgánicos y biológicos, así como en prácticas de agroecología y de cuidado de suelos.

El recorrido también contó con la participación de las mujeres y hombres de la comunidad que se involucraron en la implementación de las actividades en los ecosistemas, y que participaron en los talleres para fortalecer capacidades. Las y los miembros de la comunidad resaltaron su interés por cuidar sus cerros para asegurar el bienestar de sus comunidades en el presente y en el futuro. Además, reconocieron que a través del proyecto se fortalecieron los lazos comunitarios, lo que ha favorecido la vinculación para la defensa de su territorio. A partir de este fortalecimiento de capacidades, estas mujeres y hombres podrán seguir cuidando de sus cerros, llevando a cabo acciones de conservación, restauración y aprovechamiento sostenible en pro de la seguridad hídrica de su comunidad.

En el taller se identificaron aciertos, áreas de oportunidad y riesgos para la sostenibilidad de las acciones en el tiempo, así como para el segundo ciclo de implementación que está por comenzar.

Finalmente, en el taller se identificaron aciertos, áreas de oportunidad y riesgos para la sostenibilidad de las acciones en el tiempo, así como para el segundo ciclo de implementación que está por comenzar. Este segundo ciclo también se focalizará en las cuencas Santiago y Zula, y se integrarán cuencas del estado de Sonora y Sinaloa. De esta forma, el PNUD seguirá contribuyendo a que la población en México cuente con fuentes de agua en calidad y cantidad suficiente para desarrollar sus medios de vida , aún en un contexto de cambio climático.

Estas acciones forman parte del proyecto Resiliencia hídrica, una iniciativa ejecutada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México con el apoyo financiero de The Coca-Cola Foundation y la Fundación Coca-Cola. En particular, la implementación de acciones piloto en territorio también contó con el apoyo financiero de Arca Continental.