Para que el Fondo de Respuesta ante Pérdidas y Daños sea eficaz, es esencial la participación de los pueblos indígenas

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Foto: ProAmazonia
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Los pueblos indígenas somos uno de los grupos más vulnerables a los efectos del cambio climático debido a nuestra estrecha relación con el medio ambiente y nuestra dependencia de los recursos naturales para obtener nuestros medios de subsistencia. Además, históricamente hemos sufrido marginación y desposesión, y se nos han negado sistemáticamente nuestros derechos sobre nuestras tierras y tradiciones, lo que nos hace vulnerables a la crisis climática que se está desencadenando.

Algunos de los impactos del cambio climático que estamos experimentando son irreversibles. No pueden mitigarse ni tampoco podemos adaptarnos a ellos. Los fenómenos meteorológicos extremos, ya sean repentinos, como los huracanes y las inundaciones, o de evolución lenta, como la subida del nivel del mar y la desertificación, están afectando profundamente a comunidades de todo el mundo. El concepto de pérdidas y daños se refiere a los costes sociales y medioambientales de estos impactos, que pueden incluir pérdidas económicas, tales como infraestructuras dañadas y reducción de la productividad agrícola, y pérdidas no económicas, como pérdida de vidas, medios de subsistencia, cultura, identidad y biodiversidad.

Los pueblos indígenas ya se enfrentan diferentes formas de pérdidas y daños. Desde el Caribe hasta Filipinas, los huracanes, los ciclones, las olas de calor y las sequías están perjudicando a nuestras comunidades. Y aunque sabemos cómo afrontarlos, la intensidad y frecuencia de estos acontecimientos son mayores en la actualidad, lo que no nos deja margen para practicar la resiliencia que durante milenios ha sido la base de nuestra cultura. Nuestras tierras se están secando, nuestros bosques se queman, nuestras comunidades se ven desplazadas y nuestras tradiciones e identidades están en peligro de extinción.

Hemos defendido firmemente la creación del Fondo de Respuesta ante Pérdidas y Daños (enlace en inglés) en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y del Acuerdo de París. Tras muchos años de sensibilización y negociaciones, el Fondo se creó finalmente en la COP27, celebrada en Egipto, y se puso en marcha un año después, en la COP28 que tuvo lugar en los Emiratos Árabes Unidos. Su objetivo es brindar ayuda financiera a las comunidades y los países afectados por el cambio climático, especialmente a los más vulnerables. Dado que las políticas, los procedimientos y las modalidades del Fondo se formulan para ofrecer a los países y las comunidades vulnerables acceso directo a los recursos, los pueblos indígenas debemos ser capaces de participar de manera significativa debido a nuestra experiencia de primera mano en materia de pérdidas y daños, nuestra vulnerabilidad a los impactos actuales del cambio climático y nuestro compromiso con los enfoques basados en los derechos humanos y centrados en la comunidad.

Como representantes de la Organización de Pueblos Indígenas en el marco de la CMNUCC, estamos convencidos de que deben cumplirse ciertas exigencias para garantizar que el Fondo de Respuesta ante Pérdidas y Daños respete los derechos y responda a las necesidades de los pueblos indígenas de todo el mundo.

  1. El Fondo debe contar con estructuras de gobernanza inclusivas. A modo de garantizar una participación significativa, las estructuras de gobierno del Fondo deben ser incluyentes, es decir, deben contar con representación de las organizaciones y comunidades de pueblos indígenas en todos los niveles de la toma de decisiones, desde las fases de diseño y planificación hasta la ejecución y la evaluación. La creación de políticas, órganos consultivos o comités que incluyan a expertos y representantes de los pueblos indígenas puede ayudar a lograr dicho objetivo. La participación de los pueblos indígenas en el Fondo de Respuesta ante Pérdidas y Daños es una cuestión de derechos y de justicia. Los acuerdos internacionales, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, ratifican los derechos de los pueblos indígenas a participar en los procesos de toma de decisiones que nos afectan. Como titulares de derechos, la Organización de Pueblos Indígenas prioriza la integración del consentimiento libre, previo e informado y la orientación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Para que las comunidades indígenas participemos de forma significativa en los procesos de toma de decisiones que nos afectan, los principios del consentimiento libre, previo e informado y el reconocimiento de los derechos indígenas, consagrados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas deben formar parte integral de la elaboración de las directrices del Fondo de Respuesta ante Pérdidas y Daños.
  2. El Fondo debe ofrecer capacitación y apoyo. Muchas comunidades de pueblos indígenas podrían necesitar ayuda para desarrollar sus capacidades a fin de poder participar eficazmente en los procesos del Fondo de Respuesta ante Pérdidas y Daños; por ejemplo, capacitación en materia de financiación climática, desarrollo y gestión de proyectos, y técnicas de promoción. Este apoyo garantiza que las comunidades de los pueblos indígenas puedan participar en pie de igualdad y aportar sus conocimientos de manera eficaz.
  3. El Fondo debe contar con mecanismos apropiados en términos culturales. Los mecanismos para acceder a los fondos y distribuirlos deben ser apropiados en términos culturales y accesibles para los pueblos indígenas. Para ello, se deben simplificar los procedimientos burocráticos, facilitar información en las lenguas de los pueblos indígenas y garantizar que los criterios de financiación reconozcan y respeten los medios de subsistencia, los modos de vida y los sistemas de conocimiento de los pueblos indígenas. Los pueblos indígenas poseen una gran riqueza de conocimientos tradicionales y prácticas sostenibles que se han desarrollado durante siglos y contribuyen a solucionar las múltiples crisis medioambientales a las que nos enfrentamos. Estos conocimientos son inestimables para comprender los ecosistemas locales y elaborar estrategias eficaces de resistencia al clima. Al implicar a los pueblos indígenas en el Fondo de Respuesta ante Pérdidas y Daños, podemos aprovechar sus conocimientos para crear soluciones más eficaces y apropiadas en términos culturales frente a los impactos climáticos.
  4. El Fondo debe priorizar la financiación a largo plazo, sostenible y previsible. Es importante que las estrategias de pérdidas y daños estén diseñadas para garantizar que los pueblos indígenas tengan acceso a una financiación adicional, sostenible y predecible a largo plazo. Deben estudiarse mecanismos que garanticen este apoyo y que, a la vez, reconozcan sus necesidades y derechos únicos. Al respecto, un aspecto importante es el establecimiento de mecanismos de apoyo del Fondo que faciliten específicamente el acceso directo de los pueblos indígenas. Para garantizar una distribución eficaz y sostenible de estos fondos entre los más necesitados, es esencial simplificar los procesos de solicitud y aprobación. A fin de que el acceso directo funcione de manera eficaz, este debe facilitarse a través de modalidades definidas con las organizaciones e instituciones de los pueblos indígenas, ya sea directamente a través del propio Fondo o a través de entidades nacionales o subnacionales que lleven a cabo una labor significativa con los pueblos indígenas.
  5. El Fondo debería adoptar políticas específicas para los pueblos indígenas. Los pueblos indígenas abogan por la creación y la adopción de políticas específicas dentro del Fondo de Respuesta ante Pérdidas y Daños que atiendan sus preocupaciones y sus derechos únicos. Estas políticas deben reflejar su contexto sociocultural y medioambiental.
  6. El Fondo debería establecer un grupo asesor de pueblos indígenas. Como parte de la política de pueblos indígenas, consideramos que es importante instaurar un grupo asesor de pueblos indígenas en el marco del Fondo de Respuesta ante Pérdidas y Daños, similar al que existe en el Fondo Verde para el Clima. Este grupo ofrecerá un espacio exclusivo para que los representantes de los pueblos indígenas puedan aportar a la secretaría, la junta y otros organismos sus conocimientos, su experiencia y sus perspectivas en lo relativo al fortalecimiento de la resiliencia climática, la respuesta a las pérdidas y los daños, incluidas las pérdidas no económicas, y el modo en que el Fondo debería atender estas necesidades.

El Fondo de Respuesta ante Pérdidas y Daños representa una herramienta fundamental para hacer frente a los efectos del cambio climático en las comunidades vulnerables. Sin embargo, para que sea realmente eficaz, es esencial la inclusión y la participación efectiva de los pueblos indígenas. Nuestras vulnerabilidades, conocimientos tradicionales y derechos únicos deben reconocerse e integrarse en los procesos de gobernanza y ejecución del Fondo. Si garantizamos una participación significativa, podremos crear una respuesta más justa, equitativa y eficaz al desafío mundial del cambio climático.

Incorporar nuestra perspectiva como pueblos indígenas no solo honra nuestros derechos y contribuciones, sino que también mejora la resiliencia general y la sostenibilidad de las soluciones climáticas. A medida que avanzamos en la lucha contra el cambio climático, asegurémonos de que ninguna voz quede sin ser escuchada y que ninguna comunidad se quede atrás.