Los planes climáticos nacionales ofrecen modelos para el desarrollo económico local.
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La financiación para la adaptación no se trata únicamente de dinero, sino de sistemas, previsibilidad y resultados.
La última generación de NDC tiene más potencial de inversión, es más sólida y está más centrada en la implementación que nunca.
La transparencia es fundamental para desbloquear la financiación climática y cumplir con los objetivos climáticos y de desarrollo sostenible.
El cambio a un modelo circular podría generar beneficios económicos, reducir las emisiones, y crear puestos de trabajo estables.
A medida que los países revisan sus planes climáticos nacionales, necesitan medidas concretas para ayudar a transformar los sistemas alimentarios.
La transición hacia sistemas de transporte de bajas emisiones es esencial para reducir emisiones y hacer frente al cambio climático.
A medida que los países actualizan sus NDC, deben reconocer los derechos, necesidades y prioridades de las mujeres y apoyar su liderazgo.
Un futuro energético sostenible requiere pasar de soluciones renovables aisladas hacia sistemas flexibles e integrados.
Las universidades juegan un papel crucial a través de la investigación, la generación de conocimiento y la divulgación social.
La adaptación liderada a nivel local necesita financiación, conocimientos especializados y alianzas para prosperar.
A medida que se establecen políticas, procedimientos y modalidades del Fondo, los pueblos indígenas deben poder participar de manera significativa.
Mientras los países preparan nuevos compromisos climáticos (NDC 3.0), hay tres principios básicos esenciales para volver a encaminar el mundo.
Los estados forestales amazónicos de Brasil están desarrollando soluciones innovadoras para mitigar el cambio climático
