Los conocimientos indígenas son cruciales para la lucha contra el cambio climático: he aquí el porqué

Artículos explicativos
Los conocimientos indígenas son cruciales para la lucha contra el cambio climático: he aquí el porqué

Summary

  • Los pueblos indígenas son custodios de conocimientos y prácticas singulares que enfatizan el equilibrio entre los seres humanos y el mundo natural.
  • Muchas prácticas tradicionales indígenas, como sistemas agrícolas sostenibles y una gestión del agua resiliente al clima, ofrecen soluciones eficaces para el cambio climático.
  • Al salvaguardar ecosistemas clave que actúan como sumideros de carbono y protegen la biodiversidad, los pueblos indígenas prestan un servicio ambiental al resto del mundo. Sin embargo, a menudo se les excluye de los procesos de toma de decisiones y no siempre se respetan sus derechos sobre las tierras y los recursos.
  • Es imposible alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sin la participación total y efectiva de los pueblos indígenas y su consentimiento libre, previo e informado.
  • Los gobiernos deben reconocer plenamente los derechos de los pueblos indígenas, proporcionarles acceso directo a la financiación climática y al desarrollo de capacidades, e incorporar los conocimientos indígenas en las políticas climáticas.
¿Por qué son importantes los conocimientos indígenas en el contexto de la acción climática?

Los pueblos indígenas son custodios de sistemas de conocimiento, innovaciones y prácticas singulares que se han transmitido de generación en generación y han permitido que diferentes culturas y comunidades de distintas partes del mundo vivan de forma sostenible, especialmente en lo que respecta al equilibrio entre los seres humanos y el mundo natural.

Muchas prácticas tradicionales indígenas se basan en un profundo conocimiento de los sistemas ecológicos y en un respeto hacia ellos, y promueven el uso sostenible de los recursos. Estas prácticas tienen un bajo impacto sobre el medio ambiente y se adaptan muy fácilmente a los cambios ecológicos, lo que propicia ecosistemas sanos y resilientes.

Debido a sus conocimientos ecológicos, que son de naturaleza intergeneracional y comunitaria, los pueblos indígenas fueron de los primeros en advertir las primeras señales del cambio climático. Ahora más que nunca, a medida que se intensifica la crisis climática, sus conocimientos y prácticas ofrecen valiosas soluciones climáticas que pueden potenciar los esfuerzos de mitigación, mejorar las estrategias de adaptación y aumentar la resiliencia. Estos conocimientos también pueden complementar la evidencia científica con información minuciosa del entorno, que es fundamental para evaluar las posibles situaciones de cambio climático.

¿Qué ejemplos se pueden citar de conocimientos indígenas aplicados a soluciones climáticas?

La milpa, una práctica tradicional de cultivo de los mayas indígenas de Centroamérica y el sur de México, es un modelo agrícola sostenible que involucra la rotación de cultivos (generalmente con maíz, frijoles, calabaza y otras verduras) dentro de una zona boscosa. Es importante destacar que esta rotación implica sembrar múltiples cultivos y, a su vez, permite la regeneración natural del suelo en parcelas previamente cultivadas. Como resultado, los “jardines forestales” mantienen niveles elevados de biodiversidad y fertilidad del suelo al preservar un abanico de hábitats forestales y agrícolas, lo que contribuye significativamente a las acciones de mitigación y adaptación ante el cambio climático.

Del mismo modo, en países de África Occidental, como Malí y Burkina Faso, los pueblos indígenas han desarrollado sofisticados sistemas de agrosilvicultura a lo largo de los siglos. Estos sistemas, en los que los cultivos coexisten con los árboles, ayudan a reducir la erosión del suelo y mejoran su fertilidad. Mientras tanto, la diversificación de cultivos reduce el riesgo de pérdida total de cosechas por plagas, enfermedades o condiciones meteorológicas extremas. Estas estrategias garantizan la disponibilidad de alimentos y protegen los medios de subsistencia frente a fenómenos meteorológicos extremos, como sequías y lluvias intensas.

Los pueblos aborígenes de Australia han practicado durante mucho tiempo el manejo tradicional de incendios, conocido como “quema cultural” o “quema a baja temperatura”, para gestionar el entorno. Esta práctica consiste en el uso controlado de incendios de baja intensidad para reducir el material combustible, controlar la vegetación y propiciar la biodiversidad. Los pueblos indígenas suelen poseer profundos conocimientos sobre el comportamiento del fuego, los patrones meteorológicos y las respuestas ecológicas, lo que les permite realizar quemas con seguridad y reducir al mismo tiempo los riesgos de incendios forestales.

¿Por qué los pueblos indígenas son agentes de cambio clave en la acción climática?

Los pueblos indígenas están a cargo de alrededor del 25 % de la tierra del mundo, que contiene gran parte de la biodiversidad del planeta y del carbono almacenado en el suelo y la biomasa. La mayor parte de esta tierra está cubierta por bosques, fundamentales para las tradiciones, culturas y medios de subsistencia de 70 millones de pueblos indígenas, que se encargan de la gestión ambiental de al menos el 36 % de los bosques intactos del mundo (enlace en inglés).

Los estudios demuestran que, a pesar de las crecientes presiones externas sobre las tierras, muchos bosques y otros ecosistemas situados en zonas gestionadas por pueblos indígenas se encuentran en un estado más saludable que los entornos naturales que están fuera de estas zonas (enlace en inglés). Al salvaguardar estos ecosistemas clave que actúan como sumideros de carbono y protegen la biodiversidad, los pueblos indígenas prestan un servicio ambiental al resto del mundo, a menudo no reconocido, que merece una mayor protección política y ayuda financiera.

Los pueblos indígenas también han desarrollado estrategias de adaptación a lo largo de los siglos para hacer frente a los cambios ambientales. Sus sistemas de conocimientos indígenas ofrecen ideas valiosas sobre prácticas resilientes al clima, como la agrosilvicultura, la gestión de los recursos hídricos y la preparación ante desastres. Ejemplos de ello son el uso de cultivos tradicionales resistentes a la sequía y la construcción de casas tradicionales que requieren un uso mínimo de agua en entornos secos.

Las soluciones basadas en la naturaleza y la economía circular han sido una forma de vida durante milenios para los pueblos indígenas de todo el mundo, y este conocimiento es clave para la acción climática. En ese sentido, los pueblos indígenas tienen el potencial de ser protagonistas y líderes en los procesos de toma de decisiones en torno a la acción climática. La Plataforma de las Comunidades Locales y los Pueblos Indígenas (enlace en inglés) trabaja para garantizar la incorporación de conocimientos y prácticas indígenas en los programas y políticas nacionales e internacionales, y ayuda a los pueblos indígenas a prepararse para participar e intervenir de forma más activa en las negociaciones climáticas.

¿Por qué es importante reconocer, promover y proteger los conocimientos indígenas?

Los conocimientos indígenas pueden enriquecer enormemente las políticas y acciones climáticas. Al involucrar a los pueblos indígenas como actores clave en la planificación e implementación de medidas climáticas, es posible desarrollar soluciones más eficaces y adaptadas a cada contexto, lo que favorece la innovación, mejora la adopción a nivel local y garantiza una mayor repercusión de las iniciativas climáticas.

Sin embargo, debido a la marginación histórica y a los desequilibrios de poder político y económico, a menudo se han pasado por alto los pueblos indígenas como agentes de cambio clave. Con frecuencia se les excluye de los procesos de toma de decisiones sobre políticas ambientales, y no siempre se respetan sus derechos sobre las tierras y los recursos. Esta exclusión pone en jaque su capacidad para gestionar los inclementes efectos del cambio climático, y, muy frecuentemente, sus consecuencias perjudican de forma desproporcionada a estas poblaciones.

Es esencial dar una mayor dimensión a las acciones que abordan las vulnerabilidades y mejoran la capacidad de adaptación de los pueblos indígenas para promover la justicia y la equidad social. Los derechos de los pueblos indígenas a sus recursos, territorios y tierras ancestrales, a su modo de vida y a la autodeterminación deben respetarse e incluirse en todas las políticas y acciones climáticas. Es imposible alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sin la participación total y efectiva de los pueblos indígenas. Esto incluye garantizar el acceso directo a la financiación climática, y reconocer el papel de las mujeres indígenas como portadoras de conocimientos y de la juventud como guardiana de estos conocimientos tradicionales.

En la 26.ª Conferencia de las Partes (COP26), los líderes reconocieron el papel vital de los pueblos indígenas en la acción climática y el desarrollo inclusivo y sostenible, así como la importancia de garantizar sus derechos sobre la tierra y los recursos. Gobiernos y organizaciones filantrópicas privadas se comprometieron a aportar 1.700 millones de dólares de los Estados Unidos para financiar los esfuerzos de los pueblos indígenas. A pesar de estos compromisos, se necesita un mayor empeño para garantizar la participación total y el liderazgo de los pueblos indígenas, así como el reconocimiento de sus saberes.

Ricardo Tsakimp
Ricardo Tsakimp es un chamán perteneciente a la comunidad indígena shuar de Ecuador. Ha dedicado su vida a integrar los conocimientos de la medicina tradicional en el sistema de salud de Ecuador. Foto: PNUD / Colin Morvan
¿Cómo apoya el PNUD a los pueblos indígenas y sus conocimientos?

Durante los tres últimos decenios, el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) , financiado principalmente por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial e implementado por el PNUD, ha sido pionero en su compromiso con los pueblos indígenas. El PPD ha invertido unos 163 millones de dólares en la ejecución de 5.832 proyectos que han beneficiado a los pueblos indígenas en ámbitos como la conservación de la biodiversidad, la mitigación y la adaptación al cambio climático, la degradación del suelo, los productos químicos y los residuos, y las aguas internacionales. Además, en el marco de la Iniciativa Mundial de Apoyo a los territorios y áreas conservados por pueblos indígenas y comunidades locales (enlace en inglés), el PPD proporcionó ayuda financiera directa a pueblos indígenas y comunidades locales de 50 países para facilitar la conservación de la biodiversidad, los medios de subsistencia sostenibles y la resiliencia al cambio climático.

El Programa de Colaboración de las Naciones Unidas para Reducir las Emisiones debidas a la Deforestación y la Degradación Forestal (Programa ONU-REDD) ha dedicado un importante apoyo a garantizar que la acción climática en el sector forestal incluya y respete los derechos de los pueblos indígenas. Este programa, dirigido por el PNUD, fue el primero de las Naciones Unidas que incorporó a los pueblos indígenas con pleno poder de decisión en su gobernanza. La iniciativa ONU-REDD también fue pionera en la incorporación de directrices sobre el consentimiento libre, previo e informado en su programación.

La Iniciativa Ecuatorial reconoce y celebra a las organizaciones indígenas y comunitarias más destacadas y sus soluciones a la crisis climática. En BoliviaUru Uru Team, un proyecto dirigido por jóvenes, utilizó su conocimiento de las plantas autóctonas para desarrollar balsas flotantes que han ayudado a reducir la contaminación del lago Uru Uru, el cual es fundamental para su cultura y desarrollo.

Con financiación del Departamento de Asuntos Ambientales, Alimentarios y Rurales del Gobierno de Reino Unido, un sistema de pequeñas donaciones presta ayuda a las comunidades indígenas de cuatro países donde los bosques son cruciales para cumplir sus compromisos climáticos: Camboya, ColombiaEcuador y Kenya. Las donaciones pretenden reforzar las iniciativas que contribuyen a reducir la degradación forestal y la deforestación.

En Filipinas, el PNUD apoyó a al pueblo indígena umayamnon a combatir la deforestación y la contaminación promoviendo la plantación de bambú y cacao por parte de agricultores locales. La ayuda cubrió la formación sobre el cultivo, la cosecha y la comercialización del bambú y el cacao, y fue facilitada por el Acelerador de Innovación Climática del Fondo de Adaptación (enlace en inglés), una iniciativa que ofrece pequeñas subvenciones para ampliar los esfuerzos de adaptación a nivel local.

En Uganda, en el marco de un proyecto financiado por el Fondo Verde para el Clima (enlace en inglés), la combinación de métodos de predicción indígenas con los métodos científicos de pronóstico meteorológico está mejorando la fiabilidad y aceptación de la información climática que llega a las comunidades. Este proceso promueve la confianza entre los agricultores, y los ayuda a tomar decisiones más informadas sobre qué y cuándo plantar y cosechar.

Además, a través de su iniciativa Climate Promise, el PNUD trabaja activamente para garantizar la incorporación de las necesidades y opiniones de los pueblos indígenas en los compromisos climáticos nacionales, o Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), y su participación en los procesos de planificación y formulación de políticas climáticas.

Para proteger y fomentar el pleno respeto por los derechos de los pueblos indígenas, el PNUD aplica sus Estándares Sociales y Ambientales (enlace en inglés) a todos los proyectos que puedan afectar los derechos humanos, las tierras, los recursos naturales, los territorios, el patrimonio cultural o los medios de subsistencia tradicionales de los pueblos indígenas.

¿Qué medidas pueden adoptar los gobiernos y los responsables de formular políticas para promover los conocimientos indígenas?

Los gobiernos y los responsables de formular políticas pueden emprender diversas acciones y medidas normativas para incluir los conocimientos indígenas en las estrategias y planes de acción climáticos:

  1. Reconocer y respetar los derechos territoriales y los territorios tradicionales indígenas. Esto no es solo una cuestión de justicia y obligación legal, sino que es clave para promover la sostenibilidad ambiental y la preservación cultural, las cuales son vitales para los pueblos indígenas a la hora de mantener su identidad, su cohesión social, sus conocimientos, sus derechos y su resiliencia.

  2. Establecer marcos jurídicos para el consentimiento libre, previo e informado. Dicho consentimiento contribuye a la protección de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y, en concreto, de su derecho a la autodeterminación, su derecho a ser consultados, su derecho a participar en las decisiones que puedan afectarles y, lo que es más importante, su derecho a sus tierras y recursos. En la práctica, el consentimiento libre, previo e informado puede entenderse como un proceso en el que los pueblos indígenas que puedan verse afectados por un proyecto participan activamente en el diseño, la ejecución y la toma de decisiones del proyecto, están plenamente informados, y pueden otorgar o negar su consentimiento antes de la puesta en marcha de cualquier actividad que les ataña.
  3. Incorporar los conocimientos indígenas en los marcos políticos sociales y ambientales a escala local, nacional y regional. Colaborar con las comunidades indígenas y respetar sus conocimientos y prácticas es parte esencial de una labor de conservación ambiental eficaz, sostenible y que tiene en cuenta la cultura. Además, los gobiernos deberían promulgar leyes que consagren y protejan la propiedad intelectual y los conocimientos indígenas.
  4. Favorecer la educación y el desarrollo de capacidades. Incorporar la historia, la cultura y los sistemas de conocimiento indígenas a los programas educativos es clave para preservar su patrimonio.
  5. Proporcionar acceso directo a la financiación climática. La financiación climática administrada por los pueblos indígenas puede impulsar proyectos que no solo mitiguen las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también promuevan los conocimientos y prácticas indígenas, fortalezcan los derechos y la gobernanza de los pueblos indígenas y aumenten su resiliencia.
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