
Resumen:
- Los mercados de carbono son sistemas en los que se comercian créditos de carbono.
- Los créditos de carbono se generan mediante actividades que reducen o eliminan las emisiones de gases de efecto invernadero, como la protección de bosques, la restauración de humedales, el cambio a energías renovables o la mejora de la eficiencia energética en edificios e industrias.
- Existen dos tipos principales de mercados de carbono: los de cumplimiento y los voluntarios.
- Los mercados de cumplimiento se crean por medio de leyes o reglamentos que establecen los gobiernos a nivel nacional, regional o internacional.
- Los mercados voluntarios de carbono son mercados nacionales e internacionales en los que las empresas, los particulares o los gobiernos pueden comprar y vender créditos de carbono para cumplir objetivos voluntarios.
- Los mercados de carbono bien diseñados y administrados, con normas de integridad y transparencia, pueden ser herramientas muy útiles para recaudar los fondos necesarios para construir economías con bajas emisiones de carbono y resilientes al clima.
- El interés por los mercados de carbono va en aumento: el 83 % de los países tienen la intención de utilizar los mecanismos del mercado internacional en sus acciones climáticas.
¿Qué son los mercados de carbono?
Los mercados de carbono son sistemas en los que se comercian créditos de carbono. Estos créditos representan una reducción o eliminación de gases de efecto invernadero de la atmósfera. Los gobiernos, las empresas e incluso los particulares pueden comprar estos créditos para compensar sus emisiones.
Los créditos de carbono se generan mediante actividades que reducen las emisiones o eliminan carbono de la atmósfera, como la protección de bosques, la restauración de humedales, el cambio de combustibles fósiles a energías renovables, la captura de metano de los vertederos o la mejora de la eficiencia energética en edificios e industrias.
Una vez verificados, estos créditos se pueden intercambiar, comprar o vender, lo que permite a los gobiernos, las empresas o los particulares cumplir sus objetivos de reducción de emisiones de forma eficaz en función de los costos. Tras su adquisición, los créditos se retiran para que no se puedan reutilizar.
¿Por qué son importantes los mercados de carbono?
El objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura promedio mundial a 1,5 °C está en peligro. Las políticas actuales podrían provocar un aumento de 3,1 °C para finales de siglo, lo que obligaría a los países a aumentar su ambición climática y a reducir sus emisiones de forma urgente y drástica.
Una acción climática eficaz requiere una inversión significativa. Sin embargo, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los flujos financieros actuales son entre tres y seis veces inferiores a los necesarios para 2030, y algunas de las regiones más pobres del mundo se enfrentan a las mayores carencias.
Los mercados de carbono pueden ayudar a salvar esta brecha al movilizar nuevos recursos para la reducción de emisiones y el desarrollo sostenible. La fijación del precio del carbono cubre ya el 28 % de las emisiones mundiales (enlace en inglés), lo que generará más de 100.000 millones de dólares de los Estados Unidos en 2024. Estos fondos se utilizan cada vez más para promover actividades que benefician la acción climática y propician el desarrollo sostenible, incluidas las iniciativas que fomentan la equidad social y apoyan a los pueblos indígenas.
Los pueblos indígenas, que gestionan más de un tercio de los bosques intactos ricos en biodiversidad y carbono, se enfrentan a menudo a obstáculos para acceder a la financiación del carbono. Los mercados de carbono bien diseñados pueden abordar esta cuestión mediante el reconocimiento y el apoyo a la acción climática dirigida por los pueblos indígenas y la garantía de que los beneficios se repartan equitativamente.
El interés por los mercados de carbono aumenta a medida que las normas internacionales, en particular las disposiciones del artículo 6 (enlace en inglés) del Acuerdo de París que se finalizaron en la 29.ª Conferencia de las Partes (COP29), permiten un comercio transparente y responsable de las reducciones de emisiones entre países. El Acuerdo de París ha aumentado la confianza en los mercados de carbono, y el 83 % de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) de los países ahora procuran utilizar mecanismos de mercado. Al mismo tiempo, las empresas utilizan cada vez más mecanismos de fijación de precios internos para orientar las inversiones.
En el mercado voluntario, la demanda está cambiando hacia créditos de alta calidad, en particular los derivados de soluciones basadas en la naturaleza que eliminan el carbono, que ahora alcanzan precios más altos a pesar de una caída del 25 % en las transacciones en 2024 (enlace en inglés).
Los mercados de carbono bien diseñados y administrados, con normas de integridad y transparencia, pueden ser herramientas muy útiles para impulsar la acción climática. Al poner un precio al carbono y recompensar las iniciativas para reducir o eliminar las emisiones, estos mercados pueden ayudar a recaudar los miles de millones necesarios para construir economías con bajas emisiones de carbono y resilientes al clima. Las normas más claras en el marco del Acuerdo de París, la creciente tendencia hacia la calidad en los mercados voluntarios y el aumento de la cantidad de países que toman medidas impulsan el desarrollo de los mercados de carbono de alta integridad en todo el mundo.

Los créditos de carbono se generan mediante actividades que reducen o eliminan los gases de efecto invernadero como la protección de los bosques. Foto: PNUD Costa Rica

Los mercados de carbono bien diseñados pueden ayudar a los pueblos indígenas a acceder a la financiación climática. Foto: Programa ONU-REDD
¿Qué tipos de mercados de carbono existen? ¿Cuáles son sus características principales?
Existen dos tipos principales de mercados de carbono: los de cumplimiento y los voluntarios.
En ambos tipos de mercados, los créditos de carbono se generan a partir de actividades que reducen o eliminan los gases de efecto invernadero de la atmósfera de acuerdo con normas y requisitos específicos establecidos por los estándares del carbono. Estas normas y estándares abarcan todo, desde metodologías y contabilidad del carbono hasta salvaguardias ambientales y sociales.
Los mercados de cumplimiento se crean mediante leyes o reglamentos establecidos por los gobiernos a nivel nacional, regional o internacional. Ejemplos bien conocidos son los sistemas de comercio de emisiones (ETS, por su sigla en inglés) que utilizan un enfoque de límites máximos y comercio, en el que los gobiernos fijan un tope máximo (“cap”) de emisiones y las empresas comercian con instrumentos de cumplimiento, llamados derechos de emisión (“trade”).
Los mercados voluntarios de carbono son mercados nacionales e internacionales en los que las empresas, los particulares o los gobiernos pueden comprar y vender créditos de carbono para cumplir objetivos voluntarios. Los créditos provienen de programas que reducen o eliminan las emisiones, como la reforestación, la gestión forestal o la eficiencia energética, que a menudo involucran y benefician a las comunidades locales, los pueblos indígenas y los propietarios de tierras. La demanda procede de empresas con objetivos climáticos, particulares que compensan sus emisiones e inversores que revenden créditos.
La principal diferencia entre los mercados de carbono de cumplimiento y los voluntarios radica en los objetivos para los que se utilizan los créditos de carbono. En los mercados de cumplimiento, como el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (EU ETS, por sus siglas en inglés) o los enfoques cooperativos del artículo 6 del Acuerdo de París, estos objetivos de cumplimiento obligatorio son dispuestos por los gobiernos o los tratados internacionales. En los mercados voluntarios, los particulares, las empresas y los gobiernos establecen sus propios objetivos para cumplir compromisos voluntarios.
¿Cómo implementan los países los mercados de carbono?
Varios países y regiones han implementado mecanismos de mercados de carbono adaptados a sus contextos nacionales, con distintos niveles de madurez y alcance.
El EU ETS de la Unión Europea sigue siendo el mercado de carbono más consolidado y completo del mundo. Se encuentra en funcionamiento desde 2005 y abarca sectores clave como la generación de energía, la industria manufacturera y la aviación dentro de la Unión Europea. El EU ETS utiliza un sistema de ”cap-and-trade”: se establece un tope de emisiones, se venden y compran los derechos de emisión, y el límite se reduce con el tiempo para disminuir las emisiones. Las reformas han aumentado de manera constante su ambición y la estabilidad del mercado.
El ETS nacional de China (enlace en inglés), puesto en marcha en 2021 y ampliado de manera considerable en 2024, es ahora el de mayor volumen de emisiones del mundo. En la actualidad cubre alrededor de una séptima parte de las emisiones mundiales procedentes de la quema de combustibles fósiles (enlace en inglés), principalmente del sector energético. A diferencia del EU ETS, el sistema de China utiliza parámetros basados en la intensidad en lugar de un límite máximo absoluto, lo que vincula el cumplimiento a los niveles de producción. Si bien su cobertura sectorial inicial era limitada, el gobierno está trabajando para ampliar su ETS con el fin de incluir el acero, el cemento y el aluminio, y convertirlo en un instrumento clave para alcanzar los objetivos de emisión máxima y neutralidad de carbono de China.
Brasil finalizó el marco jurídico de su ETS nacional (enlace en inglés) en 2024, tras años de colaboración con las partes interesadas y de trabajo técnico preliminar. Se espera que el sistema comience con la presentación de informes y el seguimiento obligatorios en los sectores de altas emisiones, lo que sentará las bases para un mercado plenamente operativo en consonancia con la NDC de Brasil. Esto sitúa a Brasil en una posición de liderazgo potencial en los mercados de carbono de América Latina.
Otros países también han adoptado sistemas de comercio de emisiones. Nueva Zelanda puso en marcha su ETS en 2008, que abarca casi todos los sectores, incluida la silvicultura. En 2015, la República de Corea puso en marcha el primer ETS de ámbito nacional en Asia Oriental. Suiza cuenta con su propio ETS, que está vinculado al de la Unión Europea desde 2020. También existen sistemas vinculados, como los de Quebec y California, que forman parte de la Western Climate Initiative (enlace en inglés). Todos estos ejemplos pueden aportar lecciones clave sobre el diseño del mercado, la vinculación y la cobertura sectorial para otros sistemas emergentes. México, Tailandia, Indonesia y Viet Nam se encuentran en diferentes etapas de prueba o diseño de sus propios sistemas de comercio de emisiones. Estas iniciativas demuestran el creciente interés por las herramientas basadas en el mercado para alcanzar los objetivos climáticos nacionales, al tiempo que se fomenta la innovación y la inversión en bajas emisiones de carbono.
Mientras tanto, está en marcha la transición del Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kyoto (enlace en inglés) al mecanismo del artículo 6.4 del Acuerdo de París. En el marco del MDL, los proyectos de reducción de emisiones en los países en desarrollo generaban créditos de carbono para que las naciones industrializadas cumplieran sus objetivos climáticos de emisiones. Más de 1.000 proyectos del MDL están ahora en proceso de transición hacia el Mecanismo de Acreditación del Acuerdo de París (PACM por sus siglas en inglés) (enlace en inglés) lo que garantiza la continuidad y, al mismo tiempo, cumple con las nuevas normas de integridad ambiental, derechos humanos y sostenibilidad.
En el sector de la aviación, el programa CORSIA de las Naciones Unidas (enlace en inglés) limita las emisiones de los vuelos internacionales a los niveles de 2020. Las aerolíneas deben comprar créditos de carbono para compensar cualquier aumento por encima de esa cifra, lo que impulsa la demanda mundial de compensaciones de alta calidad, en especial de proyectos basados en la naturaleza y en energías limpias.

Los mercados de carbono bien diseñados y administrados, con normas de integridad y transparencia, pueden ser herramientas muy útiles para impulsar la acción climática. Foto: PNUD Yemen

Los fondos procedentes de los mercados de carbono se utilizan cada vez más para apoyar actividades que benefician la acción climática y promueven el desarrollo sostenible. Foto: Programa ONU-REDD
¿Qué desafíos hay?
Uno de los principales desafíos a los que se enfrentan los mercados de carbono es la calidad de los créditos de carbono. No todos los créditos representan una reducción o eliminación de emisiones real, adicional o duradera. Casi mil millones de créditos antiguos (llamados créditos “vintages”) permanecen sin utilización en el mercado, a menudo vinculados a proyectos con un valor ambiental cuestionable. Si los créditos de baja calidad inundan el sistema, socavan la confianza y la eficacia de la fijación del precio del carbono. Para abordar esta problemática, organismos de gobernanza como el Consejo de Integridad para el Mercado Voluntario del Carbono (ICVCM, por sus siglas en inglés) (enlace en inglés) están estableciendo normas rigurosas (Principios Fundamentales del Carbono) que ayudan a los compradores y a los países a identificar y utilizar solo créditos de alta integridad.
Otra cuestión clave es la doble contabilidad, que se produce cuando más de una parte se atribuye la misma reducción o eliminación de emisiones, como, por ejemplo, el país anfitrión y el comprador de créditos. Esto puede distorsionar los informes de progreso y dar lugar a afirmaciones exageradas sobre la acción climática. Evitar la doble contabilidad es una de las principales razones por las que las negociaciones del artículo 6 del Acuerdo de París han sido tan complejas. Se están introduciendo nuevas normas y ajustes contables para evitarla, sobre todo en las transferencias de créditos transfronterizas.
La ecoimpostura, o “greenwashing”, sigue siendo otra preocupación grave. Algunas empresas utilizan los créditos de carbono para presentar una imagen de responsabilidad ambiental, mientras continúan con sus prácticas de altas emisiones. Por ejemplo, pueden hacer afirmaciones engañosas de que sus productos o servicios son neutros en carbono sobre la base de créditos débiles. Esta representación errónea no solo socava la confianza pública, sino que también debilita la credibilidad de los mercados de carbono. Es por ello que existe una presión cada vez mayor sobre las empresas para que respalden sus afirmaciones sobre el clima con pruebas y utilicen solo créditos de alta calidad.
El riesgo de impactos sociales y ambientales adversos es otro desafío importante. Los proyectos de mercados de carbono mal diseñados pueden perjudicar a las comunidades locales o a los ecosistemas, por ejemplo, al restringir el acceso a la tierra o al no repartir los beneficios. Para evitar esto, los proyectos deben incluir salvaguardas sólidas (enlace en inglés), respetar los derechos de los pueblos indígenas (enlace en inglés) y ajustarse a objetivos más amplios de desarrollo y derechos humanos. En última instancia, incorporar la integridad social y ambiental en los mercados de carbono (enlace en inglés) es fundamental para generar confianza en la calidad de los mecanismos basados en el mercado como herramientas eficaces de mitigación del cambio climático.
¿Cómo apoya el PNUD a los países en relación con los mercados de carbono?
El PNUD colabora estrechamente con los países en el diseño y la implementación de mercados de carbono de alta integridad que apoyen sus objetivos climáticos nacionales y generen beneficios para el desarrollo sostenible. Esto incluye el apoyo en lo relativo a los marcos políticos y jurídicos, la preparación técnica, las salvaguardias ambientales y sociales, y la armonización con las normas del Acuerdo de París, especialmente en virtud del artículo 6.
A través de su High Integrity Carbon Markets Initiative (Iniciativa de Mercados de Carbono de Alta Integridad) (enlace en inglés), el PNUD trabaja con países, socios y otros agentes del mercado para establecer normas claras, salvaguardas y sistemas de verificación, de modo que los mercados de carbono aporten beneficios reales y medibles para las personas y el planeta.
El PNUD también ayuda a los países a comprender los complejos procesos del mercado de carbono y a desarrollar la capacidad necesaria para participar de manera eficaz, ya sea a través de sistemas de cumplimiento o del mercado voluntario. Entre las orientaciones más útiles a este respecto se encuentran los recursos Carbon Market Access Toolkit (conjunto de herramientas para el acceso al mercado de carbono) y Country Guidance for Navigating Carbon Markets (guía para países sobre cómo comprender los mercados de carbono) (disponibles en inglés).
En Brasil, el PNUD ha apoyado el desarrollo de un sistema nacional de comercio de emisiones, que incluye una disposición para destinar el 5 % de los ingresos de los mercados de carbono a las comunidades indígenas.
El PNUD también ayuda a Turquía y la India en la preparación de sus sistemas de comercio de emisiones, en particular en lo que respecta a los sistemas jurídicos, institucionales y de datos.
Con el apoyo del PNUD, Camboya está analizando de manera estratégica cómo los mercados internacionales de carbono, tanto los de cumplimiento como los voluntarios, pueden ofrecer oportunidades para movilizar inversiones en sectores prioritarios, como la energía, los bosques y el uso de la tierra, en consonancia con su NDC actualizada y su ambiciosa estrategia a largo plazo para la neutralidad en carbono (en inglés).
Mientras tanto, países como Ghana y Perú, en cooperación con el PNUD y Suiza (enlace en inglés), ya son pioneros en la implementación de enfoques cooperativos del mercado de carbono en virtud del artículo 6.2 del Acuerdo de París. Estas iniciativas no solo generan financiamiento climático, sino que también sirven de modelo para otros países que desean entrar en los mercados de carbono de forma confiable y eficaz.