Después de agotadoras sesiones de negociación que duraron dos días más de lo previsto, finalmente el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) adoptó el estudio Cambio climático 2023: informe de síntesis el domingo 19 de marzo de 2023. Más de 650 representantes gubernamentales de 135 países, junto con 121 organizaciones observadoras, se reunieron en Interlaken, Suiza, para participar del debate. Yo tuve la oportunidad de asistir como observadora del PNUD.
Antes de mencionar los principales puntos del informe, a continuación hay algunas cuestiones que se deben conocer sobre el informe en sí y el proceso de aprobación:
- Los mensajes principales del informe de síntesis reflejan el conocimiento científico más acabado y actualizado en materia de cambio climático. El informe marca la culminación del sexto ciclo de evaluación del IPCC, una iniciativa que lleva ocho años y en el marco de la cual casi 800 científicos y científicas de todo el mundo han analizado y resumido de manera voluntaria las investigaciones a nivel mundial, lo que se plasmó en seis informes técnicos de base. Esto significa que la publicación del informe de síntesis del IPCC es muy importante. Si sabemos qué dicen los datos más recientes de la ciencia que estudia el clima, los responsables de la formulación de políticas pueden tomar decisiones fundamentadas respecto de qué medidas tomar.
- Todos los informes del IPCC se analizan línea por línea y aprueban meticulosamente por parte de los gobiernos, es decir que todos los países del mundo llegan a un consenso acerca de los hallazgos. El proceso de aprobación del informe de síntesis fue extenso porque hubo puntos de vista contrarios sobre qué partes destacar de las casi 8000 páginas de datos científicos de base para el resumen dirigido a los responsables de políticas. Por ejemplo, los países vulnerables querían hacer hincapié en las pérdidas y daños provocados por el cambio climático, mientras que los países en desarrollo en general pujaban por que se reconozca el papel de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero (GEI) y la necesidad de una mayor equidad en el contexto del desarrollo. Normalmente, estos debates son difíciles y llegar a un acuerdo lleva tiempo.
- Los hallazgos del informe de síntesis son desalentadores, pero, a su vez, nos ofrecen una hoja de ruta para el futuro.De hecho, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, describió el informe de síntesis como una guía práctica para desactivar la bomba de tiempo climática y como una guía de supervivencia para la humanidad. La ciencia ha avanzado bastante desde el quinto ciclo de evaluación del IPCC. Ahora contamos con datos más sólidos en cuanto a cómo está cambiando el clima y tenemos más información sobre las soluciones, es decir, opciones viables y eficaces que se encuentran a disposición en este momento.
Habiendo señalado estas cuestiones clave sobre el proceso, estos son seis puntos principales del informe del IPCC.
- El ritmo del aumento de temperatura en los últimos 50 años es el más alto en 2000 años. Las concentraciones de dióxido de carbono están en el nivel más alto en, por lo menos, 2 millones de años. Podemos ver evidencia del cambio climático en cada rincón del planeta, con devastadoras sequías, inundaciones y olas de calor. Sabemos con certeza que estos desastres cada vez más frecuentes son resultado del cambio climático ocasionado por la actividad humana.
- Más de un siglo de quema de combustibles fósiles, en combinación con un uso de la tierra y de energía desigual y no sostenible, ya ha derivado en un calentamiento global de 1,1 °C. El informe de síntesis deja en claro que la velocidad y la envergadura de los esfuerzos en materia de cambio climático que se han emprendido hasta ahora, así como las políticas y los planes climáticos actuales son, por desgracia, insuficientes. Para mantener en pie el objetivo de 1,5 °C, es necesario que las emisiones de GEI lleguen a su punto máximo antes de 2025, y luego le sigan reducciones sostenidas, profundas y, en la mayoría de los casos, inmediatas. Necesitamos reducir las emisiones de GEI casi a la mitad de los niveles alcanzados en 2019 antes de 2030 y lograr el objetivo de reducir a cero las emisiones netas para mediados de siglo.
- Cada centígrado que aumenta importa: el calentamiento global ya está provocando efectos cada vez más peligrosos sobre la naturaleza y las personas en todo el planeta. Cuando aumenta el calentamiento global, se generan riesgos y peligros que se extienden rápidamente, como olas de calor más intensas, precipitaciones más copiosas y otros fenómenos climáticos extremos, mayores riesgos para la salud humana y la biodiversidad, e inseguridad hídrica y alimentaria a causa del clima. Todos estos fenómenos podrían hacer trizas décadas de avances en desarrollo sostenible.
- Los efectos del cambio climático son arrolladoramente injustos: quienes menos han contribuido al problema se ven perjudicados de forma desproporcionada. Casi la mitad de la población mundial vive en regiones extremadamente vulnerables al cambio climático. En la última década, las muertes ocasionadas por inundaciones, sequías y tormentas en estas regiones vulnerables fueron 15 veces mayores que en lugares menos vulnerables del planeta.
- La procrastinación es mortal: el informe pone de manifiesto que es más beneficioso esforzarse ahora para dejar atrás los combustibles fósiles y las prácticas que implican emisión de GEI que intentar tomar medidas más adelante. También es más rentable a largo plazo. Esto se debe a que muchos ecosistemas están alcanzando su límite de capacidad de adaptación, es decir que no todas las especies y entornos naturales podrán ajustarse a los cambios. De hecho, el informe señala que algunos efectos climáticos ya son tan graves que es imposible desarrollar una adaptación, y que ya provocan pérdidas y daños.
- Debemos mantener en la mira el objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París: ya podemos ver y sentir los efectos del aumento de 1,1 °C, y, en 2018, el IPCC hizo hincapié en los efectos asoladores de superar el umbral de 1,5 °C en un informe especial sin precedentes. Sin embargo, cinco años más tarde, las emisiones de GEI a nivel mundial siguen aumentando y el planeta se calienta aún más. ¿De verdad queremos arriesgarnos con el único planeta que tenemos?
La gente tiende a pensar que los informes del IPCC son desalentadores, y esa es la triste verdad. Un niño que nazca hoy vivirá en un mundo significativamente más caliente que el de sus abuelos, y también es probable que experimente tres o cuatro veces más fenómenos climáticos extremos a lo largo de su vida.
Pero no podemos permitir que el miedo y la ansiedad nos lleven a la pasividad. Como parte de la iniciativa Climate Promise del PNUD, nos enorgullece estar apoyando a más de 120 países para definir e implementar sus objetivos climáticos nacionales de conformidad con el Acuerdo de París, y también estamos viendo avances sobre el terreno.
Las decisiones que se tomen en los próximos años serán cruciales para determinar el estado del planeta para las próximas generaciones. Al pensar en las negociaciones en el marco del informe de síntesis, me resuena en la cabeza la voz del delegado de Jamaica: “¡Son nuestras vidas las que están en juego!”.