¿Cómo progresan los países del Caribe con respecto a sus objetivos climáticos?

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Mujer en Dominica
Foto: PNUD Barbados y el Caribe Oriental/Zaimis Olmos
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Los países del Caribe se encuentran en primera línea del cambio climático. La crisis climática, que provoca desde el aumento del nivel del mar y la intensificación de las temporadas de huracanes hasta la escasez de agua y la erosión costera, afecta directamente el desarrollo de estos países, muchos de los cuales son pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID).  

Si bien solo son responsables del 1 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, los Estados del Caribe han establecido ambiciosos compromisos de mitigación y adaptación en sus planes climáticos nacionales, también conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París

En un análisis reciente, la Universidad de las Indias Occidentales y el PNUD han examinado cómo siete países de la Comunidad del Caribe (CARICOM) (enlace en inglés)—Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Dominica, Santa Lucía, Suriname, y Trinidad y Tobago— implementan las acciones de sus actuales NDC y cómo se puede mejorar la próxima ronda de compromisos climáticos en función de estas experiencias. 

El análisis también señaló varios desafíos a los que se enfrenta la región a la hora de implementar soluciones. Entre ellos, se encuentran la falta de capacidad técnica y de coordinación institucional, los obstáculos sistémicos para acceder a la financiación climática que agravan la ya elevada carga de la deuda nacional, y la necesidad de empoderar a las instituciones regionales para que formen parte de las soluciones.  

A pesar de los desafíos, estos siete PEID están logrando avances significativos en soluciones climáticas para mitigar y adaptarse al cambio climático. 

Paneles solares en Antigua y Barbuda
En su plan climático nacional, Antigua y Barbuda definió planes para instalar sistemas de energía sostenible para producir 100 megavatios de electricidad, suficiente para abastecer a decenas de miles de hogares. Foto: Gobierno de Antigua y Barbuda.
Antigua y Barbuda

En su actual NDC, Antigua y Barbuda se ha fijado un objetivo ambicioso: para 2030, casi un tercio de su electricidad procederá de fuentes renovables. Para lograrlo, tiene previsto instalar paneles solares, turbinas eólicas y otros sistemas de energía sostenible para producir cien megavatios de electricidad, suficientes para abastecer a decenas de miles de hogares. 

Además, el país ha tomado medidas para descarbonizar su sistema de transporte, con la introducción de exenciones fiscales para los vehículos eléctricos y la creación de un equipo especializado para guiar la transición hacia la movilidad eléctrica e híbrida. Asimismo, trabaja para fomentar la adopción de medidas de eficiencia energética en las pequeñas y medianas empresas.  

El país también está aumentando su resiliencia a los efectos del cambio climático y para ello se centra en tres áreas: la protección de sus zonas costeras del aumento del nivel del mar, la construcción de infraestructuras más sólidas para hacer frente a los fenómenos meteorológicos extremos y la ayuda a las comunidades para que se preparen mejor ante los riesgos climáticos. Si bien ha sido difícil poner en práctica estas medidas, debido en gran parte a la escasez de fondos y a la falta de capacidad técnica, ha habido un progreso importante en diferentes ámbitos, como la mejora de la gestión del agua durante las sequías y la evaluación de los riesgos costeros.  

Pier in Barbados
Para adaptarse al cambio climático, el país se centra en la protección de sus costas, la seguridad de los recursos hídricos, la construcción de infraestructuras resilientes y la promoción de un uso más inteligente y sostenible del suelo. Foto: PNUD Barbados y el Caribe Oriental/MarNiko Media
Barbados 

Los objetivos de mitigación de Barbados se encuentran entre los más transformadores de la región. En 2021, el país había establecido planes para reducir casi la mitad de sus emisiones para 2030 y para que toda su electricidad procediera de energías renovables en 2035. Además, en su última NDC, presentada en agosto de 2025, se comprometió a reducir el 95 % de las emisiones del sector energético para 2035. 

Ya se están logrando progresos importantes. En 2024, el 15 % de la electricidad del país procedía de fuentes renovables, impulsada por la instalación generalizada de paneles solares. Para descarbonizar el sector del transporte, el gobierno está integrando los vehículos eléctricos en sus propias operaciones y eliminando los impuestos a la importación. Al mismo tiempo, Barbados ayuda a los hogares y las empresas a reducir el consumo de energía mediante la mejora de las normas de construcción y la puesta en marcha de programas para facilitar el ahorro energético. 

Para adaptarse al cambio climático, el país se centra en cuatro áreas principales: la protección de sus costas, la seguridad de los recursos hídricos, la construcción de infraestructuras resilientes y la promoción de un uso más inteligente y sostenible del suelo. Un logro clave es la reducción de las inundaciones repentinas en Holetown, una concurrida zona turística. Otro es la puesta en marcha de la primera operación de deuda por resiliencia climática, que alivia la carga de la deuda del país y libera recursos para financiar la transformación de una planta de tratamiento de aguas residuales en una moderna instalación de recuperación de aguas, lo que garantiza la producción de agua para su uso en el riego agrícola y la recarga de las aguas subterráneas. 

Para ayudar a las comunidades a ser más resilientes, Barbados también está invirtiendo en sistemas de alerta temprana y en un mejor acceso a información climática, y ha incluido una sección sobre pérdidas y daños en su nueva NDC. 

Mujeres en Belice
Belice ha estado incluyendo los riesgos climáticos en la planificación nacional, con especial atención a la igualdad de género y la participación de la juventud. Foto: PNUD/SGP Belice
Belice 

En su NDC anterior, presentada en 2021, Belice se había comprometido a reducir 5,6 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero entre 2021 y 2030. En su última NDC presentada en 2025, el país estableció un nuevo objetivo de reducción de 6,2 millones de toneladas para 2035. El país planea lograrlo mediante la protección de los bosques, la expansión de las energías renovables y la transformación del sector del transporte. 

A través de su participación activa en el programa REDD+ (enlace en inglés), Belice se asegura de que una gran parte de su territorio se conserve como zona boscosa y colabora estrechamente con las comunidades locales para gestionar estas zonas.  

En el sector energético, Belice trabaja para que en 2030 el 75 % de su electricidad provenga de fuentes renovables. En su afán por lograr un sistema de transporte público con bajas emisiones, el país está probando vehículos eléctricos y opciones de movilidad eléctrica adaptadas al contexto local. Belice también se ha convertido en un líder regional en materia de adaptación basada en los ecosistemas, con iniciativas a largo plazo para restaurar los manglares y proteger los arrecifes de coral. Estas iniciativas ayudan a los ecosistemas a recuperarse más eficazmente de los efectos climáticos, al tiempo que protegen a las comunidades de las tormentas y otros riesgos.  

Otro gran avance ha sido la inclusión de los riesgos climáticos en la planificación nacional. Esto significa que los desafíos climáticos de Belice y las estrategias de adaptación específicas de cada sector ahora ayudan a orientar las decisiones sobre el uso del suelo, el turismo y la gestión del agua, con especial atención a la igualdad de género y la participación de la juventud.  

Dominica
Dominica se centra en la reforestación y la promoción de prácticas agroforestales que ayuden a absorber el carbono de la atmósfera y a proteger los recursos hídricos. Foto: PNUD Barbados y el Caribe Oriental/Zaimis Olmos
Dominica 

Dominica está implementando acciones para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero casi a la mitad para 2030. Una parte importante del plan de acción climática del país es dejar de depender del diésel para producir electricidad. En su lugar, una nueva central geotérmica en construcción en Laudat utilizará el calor subterráneo natural para producir energía sostenible.  

El país también se centra en la reforestación (enlace en inglés) y la promoción de prácticas agroforestales que ayuden a absorber el carbono de la atmósfera y a proteger los recursos hídricos. Además de estas iniciativas, Dominica promueve opciones de transporte con bajas emisiones y la eficiencia energética en el sector público.  

Dominica destaca en el Caribe por su gran progreso en materia de adaptación al clima, con el 97 % de las acciones prioritarias incluidas en sus planes climáticos nacionales ya puestas en marcha. Dichas acciones se rigen por una estrategia clara, el Plan para la resiliencia climática y la recuperación (Climate Resilience and Recovery Plan), y el firme liderazgo de la Agencia Ejecutora de Resiliencia Climática (Climate Resilient Executing Agency) de Dominica, creada tras la devastación causada por el huracán María en 2017. 

Algunas importantes iniciativas de adaptación incluyen la construcción de infraestructuras de protección contra las inundaciones (por ejemplo, muros fluviales reforzados), la construcción de viviendas resilientes a los huracanes y el apoyo a prácticas agrícolas climáticamente inteligentes, como el cultivo de plantas resistentes a la sequía. 

Bahía en Santa Lucía
Santa Lucía trabaja para aumentar su resiliencia a los efectos del cambio climático, sobre todo en sectores como el agua, la agricultura, la pesca, la salud y las infraestructuras. Foto: PNUD Barbados y el Caribe Oriental/Zaimis Olmos
Santa Lucía 

En su NDC presentada en 2021, Santa Lucía se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 23 % para 2030, principalmente en lo que respecta a la generación de energía. En febrero de 2025, el país presentó nuevos objetivos, con el fin de alcanzar una reducción del 22 % de las emisiones del sector energético para 2035 y destacar la importancia de la igualdad de género, la inclusión social y la participación de la juventud en la adaptación y mitigación climáticas. 

Santa Lucía trabaja para aumentar su resiliencia a los efectos del cambio climático, sobre todo en sectores como el agua, la agricultura, la pesca, la salud y las infraestructuras. Estas iniciativas se encuadran dentro del Plan Nacional de Adaptación (disponible en inglés) del país (2018-2028). Santa Lucía también aborda los riesgos para la salud relacionados con el cambio climático, como la propagación del dengue, mediante la mejora del seguimiento de las enfermedades y la educación de las comunidades. Asimismo, se esfuerza por reducir las inundaciones crónicas en las zonas urbanas, y mejorar los sistemas de drenaje en ciudades como Castries y Anse La Raye.  

Santa Lucía ha instalado una central solar de 5 megavatios, con lo que ha ampliado su suministro de energía renovable. Al mismo tiempo, se han modernizado los edificios públicos para reducir el consumo energético. El sector del transporte también está en evolución: una nueva política nacional apoya ahora la adopción de vehículos eléctricos y refuerza las normas de eficiencia del combustible, lo que allana el camino para una movilidad sostenible. Todas estas iniciativas se rigen por la Estrategia Nacional de Transición Energética (disponible en inglés) institucionalizada de Santa Lucía.  

 Hombres monitoreando ecosistemas costeros para sistemas de alerta temprana en Surinam
Suriname corre un riesgo especial ante el aumento del nivel del mar, la erosión costera y la intrusión de agua salada en las zonas de agua dulce, sobre todo a lo largo de la densamente poblada costa norte. Foto: PNUD Suriname/Harvey Lisse
Suriname 

Suriname es uno de los pocos países del mundo con emisiones de carbono negativas. Sus bosques y ecosistemas, que cubren el 93 % de su superficie (enlace en inglés), absorben más carbono del que el país emite. En 2019, el país fijó un objetivo de mitigación centrado en mantener esta condición, al tiempo que reduce gradualmente las emisiones en sectores clave como la energía, la agricultura y el transporte. 

Para apoyar estos objetivos, Suriname ha participado activamente en iniciativas REDD+ que refuerzan la conservación de los bosques y la gestión sostenible de la tierra. También está extendiendo las energías renovables a comunidades remotas mediante minirredes solares y programas de electrificación rural.  

Dado que gran parte del país se encuentra apenas por encima del nivel del mar y está cubierto por bosques, corre un riesgo especial ante el aumento del nivel del mar, la erosión costera y la intrusión de agua salada en las zonas de agua dulce, sobre todo a lo largo de la densamente poblada costa norte. Para hacer frente a estas cuestiones, algunas de las principales iniciativas de adaptación incluyen la restauración de los manglares de las costas de Coronie y Nickerie, la mejora de los sistemas de riego para promover una agricultura resiliente al clima en las regiones del interior, y la puesta en marcha de un sistema de vigilancia epidemiológica vinculado al cambio climático para hacer un seguimiento de afecciones como el dengue y la malaria a medida que aumentan las temperaturas.  

Paneles solares en tejados de edificios en Trinidad y Tobago
Trinidad y Tobago se comprometió a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 15 % para 2030, con un enfoque en los sectores de la energía, el transporte y la industria. Foto: PNUD Trinidad y Tobago
Trinidad y Tobago 

En su NDC presentada en 2018, Trinidad y Tobago se comprometió a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 15 % para 2030, con un enfoque en los sectores de la energía, el transporte y la industria.  

Para alcanzar este objetivo, el país ha creado varios planes, entre ellos la Estrategia de Reducción de Emisiones de Carbono y planes de medición, notificación y verificación para sectores clave con el fin de hacer un seguimiento del progreso hacia los objetivos climáticos. Además, ha puesto en marcha una hoja de ruta para el uso de hidrógeno verde y está estudiando implementar tecnologías de secuestro de carbono. 

El primer Plan Nacional de Adaptación (PNAD) (disponible en inglés) de Trinidad y Tobago, presentado en 2024, identificó las principales vulnerabilidades a los efectos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar, la mayor incidencia de fenómenos meteorológicos extremos y las amenazas a los ecosistemas costeros. 

Para responder a estos riesgos, el país está integrando medidas en ámbitos como los recursos hídricos, la agricultura, la salud y las infraestructuras. Un paso importante es la creación de 15 vías de desarrollo resilientes al clima para cada sector, diseñadas para orientar las acciones de adaptación y las inversiones específicas. 

El PNAD también subraya la necesidad de reforzar las instituciones e involucrar a una amplia gama de partes interesadas, desde entidades gubernamentales hasta organizaciones de la sociedad civil. Se requieren sistemas robustos para hacer un seguimiento del progreso y ajustar las políticas según sea necesario, con el fin de garantizar que las iniciativas climáticas marquen una diferencia real y duradera.  

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Nota del editor: Como parte de su iniciativa Climate Promise, el PNUD colabora con asociados clave para apoyar a los PEID en la preparación e implementación de sus NDC. En la actualidad, el PNUD presta apoyo a 17 PEID en el marco de la iniciativa Climate Promise 2025. Gracias a este apoyo adaptado a sus necesidades, los PEID pueden elaborar y presentar NDC ambiciosas y de alta calidad que aumentan los objetivos de reducción de emisiones e incluyen nuevos sectores y áreas transversales, como el género, la juventud, las pérdidas y los daños, las soluciones basadas en la naturaleza y la transición justa.