Foto: PNUD Zimbabwe
En África, más de 850 millones de personas todavía dependen de la madera y el carbón vegetal para cocinar. Con las tensiones actuales en los mercados internacionales del gas y el petróleo, cuyos precios han aumentado casi un 50 % en un año, es probable que esta tendencia se acentúe.
Estas cifras indican una realidad sanitaria crítica. El uso de estufas ineficientes es una de las principales causas de contaminación en interiores, que tiene efectos devastadores sobre la salud de las mujeres y los niños, y es causante de casi la mitad de las muertes por neumonía entre los menores de 5 años.
A esto se suma el impacto sobre el medio ambiente. Las estufas tradicionales, poco eficientes en cuanto a la combustión, consumen mucha más madera y carbón de lo necesario. Además de suponer una amenaza para los recursos forestales, su uso provoca emisiones de gases de efecto invernadero evitables.
La promoción de soluciones energéticas limpias para cocinar puede ayudar a abordar de manera integral una serie de retos medioambientales, sociales y sanitarios. Los gobiernos de los países africanos lo reconocen, como demuestra la inclusión de soluciones de energía doméstica o de cocina limpia en sus compromisos climáticos en el marco del Acuerdo de París. En concreto, en la región de África Occidental en la que trabajo, siete países (tres de ellos en el Sahel) incluyeron objetivos relacionados con la energía para cocinar en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), elaboradas con el apoyo del PNUD dentro de la esfera de su iniciativa Climate Promise.
A medida que los países refuerzan su ambición climática a través de las revisiones de sus NDC, ¿cómo podemos garantizar que los gobiernos avancen rápidamente en el acceso a la energía limpia para cocinar en los próximos años?
En 2013, los gobiernos de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) adoptaron el acceso universal a soluciones energéticas eficientes, limpias y sostenibles para cocinar como uno de sus objetivos prioritarios para 2030. La Alianza para las Cocinas Mejoradas en África Occidental (WACCA, por sus siglas en inglés) se puso en marcha con el ambicioso objetivo de que cerca de 400 millones de personas, más de un tercio de la población del África subsahariana, accedan a los medios necesarios.
Como coordinador de la WACCA durante cuatro años, tuve la oportunidad de trabajar con los gobiernos, el sector privado y los actores de la sociedad civil para organizar un mercado viable de energía limpia para cocinar.
Diez años después, y mirando en retrospectiva, expongo aquí algunas reflexiones y lecciones que aprendí.
- Se han desarrollado localmente soluciones innovadoras basadas en tecnologías de vanguardia, siempre cumpliendo las normas de calidad internacionales, y surgió una prometedora dinámica de mercado con la aparición de un importante número de empresarios en el sector. Esto es prometedor para el futuro y una señal de que se puede avanzar aun más.
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A través del Fondo para el Desarrollo de la Cocina Limpia organizado por la WACCA, empresas como West Wind Energy, en Sierra Leona, y Polynova Green and Industry, en Costa de Marfil, diseñaron, establecieron y perfeccionaron tecnologías de cocina limpia con estufas de biomasa y gas butano que mejoran los equipos de cocina existentes y los hacen más eficientes y limpios. Además, estas empresas han desarrollado modelos de estufas institucionales adaptadas a las necesidades colectivas y comerciales de usuarios como escuelas, prisiones y restaurantes, que consumen grandes volúmenes de madera y carbón vegetal.
- Algunos de los empresarios asociados a la iniciativa WACCA también fueron pioneros en acceder a la financiación del carbono en la región. Entre ellas se encuentran Toyola Energy Limited en Ghana y Katènè Kadji en Mali, dos empresas líderes en el sector de la energía limpia para cocinar que pudieron movilizar la financiación del carbono a través del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kyoto en los inicios de la aplicación de este instrumento, lo que se considera una hazaña en sí misma.
Sin embargo, estas empresas siguen considerándose excepciones, y la ampliación de las innovaciones tarda en materializarse. ¿Por qué?
- En cuanto a la producción de nuevos tipos de estufas eficientes, esto se debe en parte a que los fabricantes, sobre todo los internacionales, hacen hincapié en la consecución de los "tercios" más altos en la reducción de la emisión de CO2 y otras partículas. Por ello, centran sus actividades de investigación y desarrollo (I+D) en los laboratorios. Y, durante el diseño de estas soluciones tecnológicas, no se aborda suficientemente su finalidad última y su uso por parte de las mujeres, que -debido a las normas sociales imperantes- suelen ser las encargadas de cocinar. Por lo tanto, es posible que algunos hogares hayan ignorado los nuevos modelos de equipamiento para cocinar, aunque sean más eficientes en cuanto a la reducción de las emisiones de partículas, ya que no se adaptan a las necesidades y los hábitos culinarios locales porque, en la práctica, estas cocinas supereficientes requieren un cambio de comportamiento bastante profundo.
Encontrar el equilibrio adecuado entre la I+D y las realidades del mercado puede considerarse, en mi opinión, el mayor desafío en este momento. Para que verdaderamente se lleguen a adoptar de manera generalizada las tecnologías de cocina limpia, considero esencial que la innovación se centre específicamente en las necesidades de los usuarios. Así, las tecnologías pueden adecuarse a las necesidades de los usuarios, incluso en contextos y culturas que varían de un país a otro.
Este enfoque centrado en las personas es el que utilizan actualmente el PNUD y sus socios en el Sahel a través del proyecto de desarrollo comunitario basado en las energías renovables en la zona denominada "Tres Fronteras" entre Mali, Níger y Burkina Faso. Promover y acceder a soluciones de cocina limpia es uno de los principales componentes del proyecto.
Con el fin de crear una unidad industrial para la producción de estufas eficientes, el PNUD recurrirá a un estudio de mercado y a la sensibilización a escala comunitaria para atender mejor las necesidades de los distintos agentes del mercado, incluidos los productores, los distribuidores y los usuarios finales.
Con este enfoque, el PNUD está adoptando una visión holística que me parece fundamental. Si queremos conseguir implantar una solución de energía limpia para cocinar en cada hogar, en cada comida y para todos, creo que debemos incorporar un enfoque centrado en las personas.