¿Qué es la seguridad climática y por qué es importante?

Artículos explicativos
Explicativo sobre seguridad climática

Resumen

  • La seguridad climática se refiere a los impactos de la crisis climática en la paz y la seguridad, particularmente en entornos frágiles y afectados por conflictos.
  • Los impactos del cambio climático pueden desencadenar la competencia por los recursos naturales, medios de vida inestables y desplazamientos masivos, aumentando el riesgo de tensiones sociales e inestabilidad.
  • Invertir en la acción climática puede ser una oportunidad para fortalecer la cooperación, reconstruir la confianza y reparar el tejido social en entornos frágiles y afectados por conflictos.
  • El PNUD ayuda a los países en entornos frágiles a alinear las respuestas al cambio climático con acciones de prevención de conflictos y consolidación de la paz.
¿Qué es la seguridad climática?

La seguridad climática se refiere a los efectos de la crisis climática sobre la paz y la seguridad, en particular en contextos frágiles o afectados por conflictos.

El cambio climático puede agravar la inseguridad de los medios de subsistencia, así como la hídrica y la alimentaria, y puede desencadenar efectos dominó tales como una mayor competencia por los recursos naturales, perturbación social y desplazamientos. Estos factores pueden derivar en tensiones, conflictos e inestabilidad en un país o región.

En entornos donde ya existe un conflicto, los efectos del cambio climático pueden agravarlo o prolongarlo, lo que dificulta alcanzar y mantener la paz. Por otro lado, los conflictos pueden impedir o estorbar las acciones climáticas, sea a través de la destrucción directa de activos agrícolas, hídricos o energéticos, o a través de demoras u obstáculos a las medidas relativas a la mitigación y a la adaptación.

¿Por qué es importante la seguridad climática?

Para 2030, el cambio climático podría llevar a 130 millones de personas más a la pobreza, lo que acentuaría no solo las vulnerabilidades ya existentes, como la inseguridad alimentaria e hídrica, sino también la fragilidad socioeconómica y el descontento político. En contextos ya frágiles, estos efectos pueden dar lugar a problemas de inseguridad y empeorar la inestabilidad. Además, los riesgos de seguridad relacionados con el clima a menudo afectan a las mujeres de manera desproporcionada (enlace en inglés).

En ese sentido, las respuestas al cambio climático deben responder a la prevención de conflictos y a las medidas de consolidación de la paz. Invertir en la acción climática es clave en contextos frágiles y afectados por conflictos, y, si se aprovecha a conciencia, puede suponer una oportunidad valiosa para afianzar la cooperación, restablecer la confianza y remendar el tejido social. El informe de la sexta evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) plantea que las soluciones climáticas pueden abrir nuevas vías para consolidar la paz en regiones proclives al conflicto que son vulnerables al cambio climático.

Pese a que las huellas de carbono pueden ser bajas en muchos contextos frágiles, las soluciones descentralizadas de energía renovable pueden actuar como un salvavidas que permita que se implementen todas las demás medidas de apoyo, como el acceso a agua, iluminación y calefacción limpias, así como a una fuente de sustento y a servicios básicos y de emergencia. Optar por energías renovables y tecnologías limpias en las iniciativas de reconstrucción también aumenta la resiliencia y evita esfuerzos onerosos de adaptación en el futuro.

Explicativo sobre seguridad climática
¿Por qué ahora estamos hablando más sobre la seguridad climática?

En 2022, el mundo atravesó a su vez uno de los años de mayor temperatura del que se tenga registro y la mayor cantidad de conflictos violentos (enlace en inglés) desde la fundación de las Naciones Unidas. A medida que se siguen superando las temperaturas récord y que se intensifican los efectos del cambio climático, es probable que aumente el riesgo de conflictos e inestabilidad en todo el mundo. Las amenazas que conlleva la crisis climática en torno a la paz, la seguridad y la estabilidad refuerzan la urgente necesidad de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y de impulsar la ambición climática, ya que cada fracción de grado que aumenta importa, especialmente para los más vulnerables.

Según el último informe del IPCC (enlace en inglés), aproximadamente entre 3.300 y 3.600 millones de personas ya viven en contextos extremadamente vulnerables al cambio climático. Y el 70 % de los países más vulnerables al cambio climático están también entre los más frágiles. A medida que se siguen extendiendo los efectos del cambio climático como el aumento de las temperaturas, las precipitaciones irregulares, el aumento del nivel del mar y otros fenómenos meteorológicos extremos más graves y frecuentes, se incrementa el riesgo de que estos países sufran más inestabilidad y tensión social debido a la volatilidad en los precios de los alimentos, la mayor competencia por los recursos naturales, la inseguridad en torno a los medios de subsistencia y los desplazamientos en masa.

En los últimos años, muchas plataformas políticas regionales y mundiales le han prestado más atención a los efectos del cambio climático sobre la paz y la seguridad, como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la Comisión de la Unión Africana (CUA), la Unión Europea (UE), la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), entre otras. La Presidencia de la 27.ª Conferencia de las Partes (COP27) presentó una iniciativa novedosa llamada “Climate Responses for Sustaining Peace” (Respuestas Climáticas para el Mantenimiento de la Paz), en colaboración con la CUA y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para procurar que haya respuestas climáticas integradas que contribuyan a una paz y desarrollo sostenibles, en sintonía con la implicación nacional y las particularidades del contexto.
 

¿Cuáles son los riesgos derivados del clima más comunes para la paz y la seguridad?

Competencia por recursos limitados. Climate change has worsened access to natural resources, with some communities experiencing higher volatility in the availability and distribution of the very resources on which their livelihoods and coping strategies depend. This often results in greater competition over limited resources and increased social tensions and disputes. 

El cambio climático ha empeorado el acceso a los recursos naturales, y algunas comunidades están experimentando una mayor volatilidad en lo que respecta a la disponibilidad y la distribución de los recursos de los que dependen sus medios de subsistencia y sus estrategias para hacer frente a las dificultades relacionadas. A menudo, todo esto deviene en una mayor competencia por los recursos limitados y en más disputas y tensiones sociales.

A nivel mundial, la inseguridad alimentaria alcanzó niveles récord debido a los conflictos, la pandemia de COVID-19 y el agravamiento de fenómenos meteorológicos extremos. En 2022, casi 260 millones de personas de 58 países sufrieron inseguridad alimentaria aguda, y 35 millones de personas se enfrentaron a la inanición.

En los países afectados por el conflicto y la fragilidad, los efectos se profundizan, dado que las personas de por sí ya necesitan asistencia humanitaria y tienen menos margen para soportar más dificultades. En 2022, en el Cuerno de África, 20,9 millones de personas quedaron en una situación de grave inseguridad alimentaria debido a la sequía más larga y extrema en la historia reciente. Solamente en Kenya y Somalia, casi 3 millones de personas se hallaban en una situación de inseguridad alimentaria en niveles de emergencia.

Desplazamientos en masa. Para 2050, el cambio climático podría obligar a 216 millones de personas de seis regiones del mundo a moverse dentro de sus propios países. La escasez de agua, la baja productividad de los cultivos y el aumento del nivel del mar marcarán la trayectoria de las reubicaciones climáticas en los próximos 50 años, lo que precipitará desplazamientos forzados y, a su vez, acentuará las tensiones existentes o creará nuevas.

Inseguridad y polarización. A escala mundial, 6 de cada 7 personas se sienten inseguras; ello se explica, en parte, por los efectos del cambio climático. El cambio climático puede profundizar las desigualdades, afectar de manera desproporcionada a las comunidades vulnerables y acentuar el descontento social. La perturbación de los medios de subsistencia, las disputas por los recursos y el desplazamiento pueden intensificar las tensiones existentes y provocar inestabilidad.

Por otro lado, la inseguridad se asocia a la polarización y al extremismo políticos. En 11 de los últimos 14 años, han empeorado la inestabilidad política, el extremismo violento, las relaciones tensas entre territorios limítrofes y el desplazamiento interno y entre fronteras, según el índice de paz mundial de 2022 (enlace en inglés).

¿Qué desafíos dificultan la tarea de dar respuesta a la seguridad climática?

Contrarrestar los riesgos derivados del clima para la paz y la seguridad requiere de enfoques holísticos e integrados. Para ello, son necesarios una colaboración y un intercambio de conocimientos entre los sectores del clima y el medio ambiente, por un lado, y de la paz y la seguridad, por el otro. Coordinar estos esfuerzos puede ser complejo, ya que se trata de ámbitos distintos en términos de políticas y de prácticas. Por si fuera poco, no existe una solución única que se aplique a todos los casos, ya que los efectos climáticos sobre la paz y la seguridad pueden ser muy distintos, por ejemplo, en África Occidental que en Asia Sudoriental o las islas del Pacífico. Además, un enfoque a corto plazo solo para la respuesta ante situaciones de emergencia puede implicar que se dejen de lado las inversiones a largo plazo en adaptación y consolidación de la paz.

Por otra parte, los recursos financieros que se necesitan para esta labor no están asociados a las necesidades y siguen siendo insuficientes para satisfacerlas. Por ejemplo, con frecuencia los países en contextos frágiles sufren algunos de los peores efectos climáticos, y, pese a esto, están entre los menores beneficiarios de la financiación climática. Un estudio del PNUD (disponible en inglés) arrojó que, entre 2014 y 2021, los Estados extremadamente frágiles recibieron solo 2,10 dólares de los Estados Unidos per cápita de mecanismos multilaterales de financiación climática, en comparación con los 161,70 dólares per cápita que recibieron los Estados no frágiles.

¿Cuáles son algunas posibles soluciones para superar estas dificultades?

La acción climática, las políticas y la financiación han de incorporar nociones de paz y seguridad, especialmente en el caso de los contextos frágiles y afectados por conflictos. Si realizan análisis de seguridad climática e identifican los efectos del cambio climático que acentúan los riesgos de inestabilidad y conflictos, los gobiernos pueden planificar medidas más eficaces de mitigación y adaptación climática que contribuyan positivamente a consolidar la paz.

No se debe tener reparo en invertir en países y territorios afectados por conflictos a través de los mecanismos de financiación climática. Es más, se deben incentivar las inversiones en medidas de mitigación y adaptación que redunden en beneficios colaterales en relación con la paz y la estabilidad en contextos frágiles. La experiencia demuestra que las iniciativas dirigidas a la adaptación, el acceso a la energía o los medios de subsistencia resilientes al clima, si se aplican con especial cuidado, pueden ayudar a reducir tensiones y a crear resiliencia a largo plazo.

Las mujeres y la juventud están en primera línea ante la confluencia de conflictos violentos y la crisis climática, y desempeñan un papel fundamental, especialmente en sus comunidades, tanto para la acción climática como para la consolidación de la paz. Combatir las desigualdades de género y empoderar a las mujeres y a la juventud ha de ser un componente clave de la acción climática en los contextos frágiles y afectados por conflictos.

Mujer utiliza energía solar para recolectar agua en Somalia
Foto: PNUD Somalia
¿Cómo trabaja el PNUD en el ámbito del clima, la paz y la seguridad en el mundo?

La labor del PNUD con respecto al clima, la paz y la seguridad en el mundo consiste en asistir a comunidades en riesgo para aprovechar las oportunidades de generar un cambio positivo y duradero. El PNUD aúna conocimientos especializados sobre cambio climático, prevención de conflictos, consolidación de la paz, gobernanza, financiación y otros temas, al reunir personas y recursos para promover comunidades resilientes y contribuir a un desarrollo sostenible.

Un estudio del PNUD con contribuciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) (disponible en inglés), que examinó la primera ronda de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) arrojó que los conflictos y la inseguridad obstaculizan la acción climática, pero que, por sí solos, los avances con respecto a la paz no conducen necesariamente a una acción climática. El PNUD aprovecha sus capacidades como principal actor de implementación de acciones climáticas del sistema de las Naciones Unidas para dotar de resiliencia ante el cambio climático a las iniciativas de consolidación de la paz y prevención de conflictos, y para formular medidas de mitigación y adaptación favorables a la paz.

En la Cuenca del Lago Chad, el PNUD está prestando asistencia para combatir los efectos del cambio climático sobre los recursos hídricos, lo que ha exacerbado las tensiones entre las comunidades que también se vieron afectadas por la insurgencia de Boko Haram. Al promover la estabilización, la cooperación transfronteriza y los medios de subsistencia resilientes al clima, el PNUD ayuda a mitigar potenciales desencadenantes de tensión e inestabilidad.

En el Sudán, secundado por el mecanismo de seguridad climática de las Naciones Unidas, el PNUD contribuye a afianzar los mecanismos locales de resolución de conflictos y a mejorar el acceso a opciones de medios de subsistencia resilientes al clima por parte de las mujeres, la juventud y los grupos marginados que se ven afectados por el conflicto y el extremismo violento.

En el Yemen, el apoyo del PNUD se centra en rehabilitar la infraestructura para el suministro de agua y en ofrecer sistemas hídricos que funcionan con energía solar, lo que no solo contrarresta los problemas climáticos sino que, además, minimiza las tensiones por los recursos escasos y contribuye a consolidar la paz y la estabilidad.

En Mali, el PNUD ayuda a paliar los desafíos interconectados relativos a la degradación de los suelos y el cambio climático promoviendo soluciones basadas en la naturaleza que reviertan la degradación de los suelos, consoliden la resiliencia climática de las comunidades locales y favorezcan la resolución de conflictos.

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Nota del editor: El PNUD ayuda a los países a anticipar, prevenir, responder y recuperarse ante las crisis, todos los días y en todos los contextos de desarrollo. La Iniciativa Climate Promise del PNUD —la principal propuesta mundial que asiste a los gobiernos a mejorar sus NDC en el marco del Acuerdo de París— apoya a más de 120 países de todo el mundo. Ello incluye la asistencia a 50 países y territorios frágiles y afectados por conflictos.

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