El cambio climático tiende a magnificar las divisiones existentes en la sociedad, y las mujeres y los hombres experimentan sus efectos de forma diferente y desigual. Foto: PNUD Bangladesh
A medida que los fenómenos meteorológicos extremos se hacen más frecuentes e intensos debido al cambio climático, la capacidad de anticiparlos antes de que se produzcan es crucial para salvar vidas y proteger las economías.
El elemento central de esta capacidad es la información climática: datos recopilados en estaciones meteorológicas, medidores y sensores que luego se transforman en conocimientos sobre las tendencias, las vulnerabilidades y los impactos climáticos. Estos conocimientos constituyen la base de pronósticos meteorológicos confiables, sistemas de alerta temprana y servicios climáticos para sectores que van desde la agricultura hasta la atención de la salud.
El valor de los servicios climáticos va mucho más allá de las alertas inmediatas. A largo plazo, sustenta el desarrollo y la planificación de la adaptación en función de los riesgos, ya que brinda a los países los datos que necesitan para establecer prioridades y fortalecer su capacidad de respuesta a los efectos del cambio climático.
A pesar de este valor demostrado, la inversión en servicios de información climática y sistemas de alerta temprana sigue siendo demasiado baja. Sin embargo, los argumentos a favor de la acción son claros: los sistemas de alerta temprana se encuentran entre las medidas de adaptación al clima más eficaces en función de los costos, ya que multiplican por diez los beneficios de la inversión realizada (enlace en inglés). Una advertencia con 24 horas de antelación de una tormenta u ola de calor puede reducir los daños en un 30 %. Una inversión de 800 millones de dólares de los Estados Unidos (USD) en sistemas de alerta temprana en los países en desarrollo podría evitar pérdidas anuales de entre USD 3.000 millones y USD 16.000 millones.
Los beneficios económicos van aún más allá. En sectores sensibles a las condiciones meteorológicas como la agricultura, la pesca, la energía, el transporte y la gestión del riesgo de desastres, la mejora de los datos de observación y los servicios de asesoramiento climático pueden reportar beneficios económicos de más de USD 160.000 millones anuales a nivel mundial.
Foto: Prashanth Vishwanathan/PNUD India
Foto: Oficina del PNUD Pacífico en Fiji
La prioridad emergente de los servicios de información climática y los sistemas de alerta temprana
Los países reconocen cada vez más la función crucial de la información climática y los sistemas de alerta temprana en sus planes y estrategias nacionales sobre el clima. Estos sistemas se incluyen ahora como prioridades fundamentales en muchas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), Planes Nacionales de Adaptación (PNAD) y marcos de inversión climática y reducción del riesgo de desastres.
Los gobiernos están aumentando las inversiones en redes de observación, sistemas de predicción e infraestructura de alerta temprana, y reconocen que son medidas de adaptación eficaces en función de los costos y de gran impacto.
Más allá de ser prioridades independientes, la información climática también está dando forma al contenido y la dirección de las NDC, lo que sienta las bases para una acción climática creíble y eficaz. Los datos precisos permiten a los países evaluar las vulnerabilidades, identificar los sectores prioritarios y diseñar estrategias de adaptación y mitigación específicas. La información climática sólida garantiza que las NDC se basen en la ciencia y se adapten a las realidades nacionales, tanto si se trata de proyectar el impacto del aumento del nivel del mar en las infraestructuras costeras como de anticipar los cambios en la productividad agrícola debido a la modificación de los patrones de lluvia.
En la última generación de NDC, muchos países han ampliado los usos de la información climática. Nepal, por ejemplo, se ha comprometido a brindar asesoramiento agrometeorológico a todas las provincias para 2030. Foto: PNUD Nepal
Corregir el déficit de datos meteorológicos y climáticos
Si bien la mayoría de los países cuentan con departamentos meteorológicos, muchos países en desarrollo carecen de los recursos, la infraestructura y la capacidad técnica necesarios para mantener redes de observación modernas, analizar los datos que producen y aplicarlos eficazmente en los sistemas de alerta temprana y las políticas climáticas.
El Servicio de Financiamiento de Observaciones Sistemáticas (SOFF, por sus siglas en inglés) (enlace en inglés), creado en 2021, responde al llamamiento del Acuerdo de París a fortalecer las observaciones sistemáticas mediante la ayuda a los países en desarrollo para corregir el déficit crítico de datos meteorológicos y climáticos. Este fondo especializado de las Naciones Unidas, el primero de este tipo, ayuda a los países con las carencias más graves —los países menos desarrollados (PMA) y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID)— por medio de financiación basada en subvenciones y asistencia técnica entre pares. El enfoque por fases del SOFF en cuanto a preparación (planificación), inversión (implementación) y cumplimiento (operaciones sostenidas) garantiza que las mejoras sistémicas en los países se ajusten a las normas de la Red Mundial Básica de Observaciones (GBON, por sus siglas en inglés) (enlace en inglés) a largo plazo.
El SOFF, un fondo de las Naciones Unidas para el clima creado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se basa en el principio de que la información climática es un bien público mundial. Al fortalecer los sistemas locales de alerta temprana, los países no solo protegen sus propias poblaciones, sino que también mejoran la precisión de los sistemas de pronóstico mundiales. Esta inversión es vital para las economías que dependen en gran medida de sectores sensibles al clima, como la agricultura. Foto: PNUD Honduras
El progreso ya está en marcha. Por ejemplo, Etiopía, Rwanda, Tanzania y las Islas Salomón han destacado la importancia de la información climática y los sistemas de alerta temprana en sus NDC y han obtenido colectivamente más de USD 30 millones del SOFF (enlace en inglés) para abordar las importantes deficiencias en su infraestructura y capacidad de observación. También reciben asistencia técnica mediante el apoyo consultivo de asesores pares como Noruega, Finlandia, Dinamarca y Australia.
Rwanda, uno de los primeros países en recibir apoyo del SOFF en 2023, ha modernizado tres estaciones meteorológicas GBON con sensores de alta tecnología, registradores de datos y nuevos programas informáticos. Esto ha contribuido a mejorar la calidad, la fiabilidad y la automatización de los datos, y ha permitido el intercambio de datos a nivel mundial en tiempo real.
Tanzania está a punto de terminar la construcción de tres nuevas estaciones aerológicas, mientras que Etiopía ha capacitado a más de 100 meteorólogos, tiene en proyecto 13 estaciones meteorológicas nuevas y 16 modernizadas, y prevé la modernización de las estaciones aerológicas y las instalaciones de calibración. Gracias al asesoramiento de MET Norway (el Instituto Meteorológico Noruego), el país está en vías de cumplir las normas GBON y aportar datos vitales al sistema mundial de observación.
Las importantes inversiones de otros socios también están reforzando los esfuerzos para mejorar la información climática y los sistemas de alerta temprana. Una de las subvenciones más importantes, por un valor de USD 103 millones, procede del Fondo Verde para el Clima (FVC) y está destinada a ampliar los sistemas de alerta temprana que salvan vidas (enlace en inglés) en siete de los países más vulnerables al clima del mundo: Antigua y Barbuda, Camboya, Chad, Ecuador, Etiopía, Fiji y Somalia. Se espera que esta labor beneficie directamente a 26 millones de personas.
Rwanda ha priorizado la información climática y la alerta temprana en su NDC, y ha mejorado la infraestructura de monitoreo climático con el apoyo del SOFF. Foto: PNUD Rwanda
La información climática como base para la acción
Los países de todo el mundo están haciendo un buen uso de la información climática para fortalecer los sistemas de alerta temprana, prestar servicios sectoriales, planificar para riesgos futuros y ayudar a las comunidades a adaptarse a los efectos del cambio climático.
En Georgia (enlace en inglés), un país que ha sido devastado por repetidas inundaciones extremas en los últimos años, los modernos equipos de monitoreo y los detallados mapas de amenazas y riesgos están sentando las bases para un nuevo sistema de alerta temprana multiamenazas.
En Uzbekistán (enlace en inglés), el Gobierno ha reforzado su capacidad nacional de observación con nuevos equipos, programas informáticos y capacitación, lo que ha conformado los cimientos para unos servicios climáticos más fiables. El país ha desarrollado su primer marco nacional de servicios hidrometeorológicos y climáticos (enlace en inglés), que orienta la toma de decisiones intersectoriales.
En el norte del Pakistán (enlace en inglés), donde las inundaciones repentinas provocadas por el desbordamiento de lagos glaciares amenazan cada vez más a las comunidades de montaña, un sistema de alerta temprana equipado con sensores de alta tecnología permite a las autoridades vigilar los lagos glaciares peligrosos, identificar los puntos críticos emergentes y emitir alertas que dan a las familias horas preciadas para prepararse y ponerse a salvo. Del mismo modo, Nepal (enlace en inglés), que ha sufrido 26 desbordamientos de lagos glaciares en los últimos 50 años, está ampliando los sistemas para gestionar las crecientes amenazas en todo el Himalaya.
En Georgia, los modernos equipos de monitoreo y los detallados mapas de peligros y riesgos están creando las bases para un nuevo sistema de alerta temprana multiamenazas. Foto: PNUD Georgia
Gracias a la mejora del acceso a datos climáticos fiables, el nuevo marco nacional de Uzbekistán está convirtiendo la información en acción en toda la economía. Asimismo, se está capacitando a las comunidades sobre cómo actuar antes, durante y después de las emergencias. Foto: PNUD Uzbekistán
En Zimbabwe (enlace en inglés), los pequeños agricultores reciben información y avisos meteorológicos y climáticos adaptados a sus necesidades, así como capacitación para aplicarlos con eficacia. Esto los ayuda a interpretar patrones meteorológicos localizados y a aplicar herramientas prácticas de toma de decisiones para una mejor gestión de los cultivos y el ganado.
En Malawi (enlace en inglés), más de 250.000 agricultores reciben ahora avisos estacionales en sus teléfonos, lo que los ayuda a tomar decisiones informadas sobre los cultivos, el calendario de siembra y los insumos. Este enfoque, que aumenta el rendimiento y la seguridad alimentaria ante los cambios en los patrones de lluvia, se está replicando cada vez más en iniciativas de alerta temprana en otros países.
El impacto de la información climática se multiplica cuando las comunidades saben cómo utilizarla. En países como Zimbabwe y Zambia, las escuelas de campo para agricultores están demostrando su eficacia a la hora de compartir las previsiones y capacitar a los agricultores para que actúen en consecuencia. Foto: PNUD Zimbabwe
Agricultores como Winston Kanyenda, de Malawi, reciben capacitación en agricultura climáticamente inteligente para adaptar sus cultivos y su calendario de siembra a un clima cambiante. Foto: PNUD Malawi
La información climática y los sistemas de alerta temprana salvan vidas y medios de subsistencia
A medida que se intensifican los riesgos climáticos, el acceso a datos meteorológicos y climáticos confiables ya no es un lujo, sino una necesidad. Los países están demostrando cómo una mejor información, bien utilizada, puede salvar vidas, apoyar los medios de subsistencia y contribuir a una planificación más inteligente. Sin embargo, siguen existiendo importantes deficiencias, sobre todo en los países más vulnerables a los efectos del clima.
Mientras los gobiernos preparan sus NDC de tercera generación y miran hacia la 30.a Conferencia de las Partes (COP30), se reconoce cada vez más que la información climática y los sistemas de alerta temprana deben estar en el centro de las iniciativas de adaptación. Estos sistemas no son solo actualizaciones técnicas, sino inversiones prácticas y de gran impacto que protegen a las personas y las economías. Con más apoyo y una financiación a mayor escala, los países pueden sentar las bases necesarias para una acción climática más resiliente y basada en datos.
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El PNUD ayuda a países de todo el mundo a fortalecer sus capacidades de alerta temprana (enlace en inglés) a través de 43 proyectos, respaldados por casi USD 760 millones en subvenciones del Fondo Verde para el Clima, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Servicio de Financiamiento de Observaciones Sistemáticas. Estas iniciativas están ampliando el acceso a información climática oportuna y alertas tempranas para 27,1 millones de personas, más de la mitad de ellas mujeres, lo que permite a las comunidades anticiparse y responder mejor a las inundaciones, las sequías, las inundaciones por desbordamiento de lagos glaciares y el aumento del nivel del mar.
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