Resumen
- “Adaptación” es un término utilizado para referirse a un amplio abanico de medidas para reducir la vulnerabilidad a los efectos derivados del cambio climático, desde la plantación de variedades de cultivos más resistentes a la sequía hasta la mejora de la información climática y los sistemas de alerta temprana, pasando por la construcción de defensas más sólidas contra las inundaciones.
- Ante la aceleración de los efectos del cambio climático –que se manifiesta en un clima más extremo y en el aumento del nivel del mar, entre otros–, la adaptación por parte de los países y las comunidades resulta cada vez más urgente.
- A su vez, la adaptación enfrenta dificultades, tales como una inadecuada financiación, lagunas de conocimientos y limitaciones institucionales, especialmente en los países en desarrollo.
- Los acuerdos internacionales –como el objetivo mundial relativo a la adaptación, y el balance mundial–, así como los Planes Nacionales de Adaptación integrales, son cruciales para impulsar el progreso.
- Pese a las limitaciones, los países en desarrollo son algunos de los actores que encabezan las iniciativas de adaptación.
¿Qué es la adaptación al cambio climático?
La adaptación al cambio climático se refiere a las acciones que ayudan a reducir la vulnerabilidad a los impactos actuales o previstos del cambio climático, como los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres naturales, el aumento del nivel del mar, la pérdida de biodiversidad o la inseguridad alimentaria e hídrica.
Muchas medidas de adaptación deben llevarse a cabo en el plano local, por lo que las comunidades rurales y las ciudades cumplen una función muy importante. Algunas medidas incluyen la siembra de variedades de cultivos que sean más resistentes a la sequía y la práctica de la agricultura regenerativa, la mejora del almacenamiento de agua y su uso, la gestión de la tierra para reducir el riesgo de incendios forestales y el desarrollo de defensas más fuertes contra los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones y las olas de calor.
Sin embargo, la adaptación también debe impulsarse a nivel nacional e internacional. Además de desarrollar las políticas necesarias para guiar la adaptación, los gobiernos deben considerar otras medidas a gran escala, como fortalecer o reubicar la infraestructura de las áreas costeras afectadas por el aumento del nivel del mar, construir infraestructura capaz de resistir más condiciones climáticas extremas, mejorar los sistemas de alerta temprana y el acceso a la información sobre los desastres, desarrollar mecanismos de seguros específicos para las amenazas relacionadas con el clima y crear nuevos sistemas de protección para las especies silvestres y los ecosistemas naturales.
¿Por qué debemos adaptarnos? ¿Y por qué es tan urgente?
Diversos estudios científicos demuestran que, actualmente, la temperatura de la Tierra registra un aumento de 1,1 °C en comparación con el siglo XIX (enlace en inglés). Ese aumento obedece a cambios acelerados y generalizados en la atmósfera, los océanos y los ecosistemas de nuestro planeta. Por ende, los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos son cada vez más frecuentes en todas las regiones del mundo.
Según los modelos climáticos, si no se lleva adelante una acción climática significativa, el mundo se encamina a un aumento de la temperatura durante este siglo que oscilará entre los 2,5 °C y los 2,9 °C por encima de los niveles preindustriales, es decir que superarán ampliamente los límites de seguridad que fijó la comunidad científica.
Con cada fracción de grado que aumente la temperatura, los efectos del cambio climático serán más frecuentes e intensos, y la adaptación será mucho más difícil y costosa para las personas y los ecosistemas.
La crisis es acuciante sobre todo para los países en desarrollo, dado que estos ya viven los efectos del cambio climático y son especialmente vulnerables debido a múltiples factores, entre ellos, sus condiciones geográficas y climáticas, su gran dependencia de los recursos naturales y su limitada capacidad de adaptación a un clima cambiante. La adaptación también es especialmente importante para las mujeres y los niños pequeños, las poblaciones de edad avanzada, las minorías étnicas, los pueblos indígenas, las personas refugiadas y las desplazadas, que se ha demostrado que se ven afectadas por el cambio climático de manera desproporcionada.
Aun en los casos alentadores en los que logremos reducir de forma significativa y pronta las emisiones de gases de efecto invernadero, el cambio climático seguirá afectando a nuestro mundo durante décadas debido a la energía que ya está atrapada en el sistema. Eso significa que la reducción de emisiones no es más que una parte de nuestra respuesta a la crisis climática: la adaptación es necesaria para limitar los efectos y salvaguardar a las personas y la naturaleza.
El cambio climático amenaza la viabilidad de los medios de vida agrícolas en todo el mundo. Foto: Anesu Freddy/PNUD Zimbabwe
Las soluciones basadas en la naturaleza, como la plantación de manglares, son clave para la adaptación. Foto: David Estrada/Grupo Creativo Naturaleza Secreta
¿Cuáles son las dificultades relacionadas con la adaptación al cambio climático?
Las iniciativas de adaptación a los efectos del cambio climático enfrentan una serie de dificultades importantes.
El primer gran obstáculo para las medidas de adaptación lo constituye la disponibilidad de financiación y el acceso a ella. De hecho, se estima que las necesidades de financiación para la adaptación de los países en desarrollo son entre 10 y 18 veces superiores a lo que actualmente ofrecen las fuentes públicas.
La financiación es necesaria para impulsar la inversión en diversas soluciones de adaptación, de modo que los países puedan aprender qué iniciativas funcionan y ampliar aquellas que sean más eficaces. Sin embargo, también es necesario empoderar a las comunidades —aquellas que son más vulnerables al cambio climático— para que tomen medidas dirigidas y adecuadas a nivel local.
Otra dificultad importante es la escasez de información y de conocimientos. Para muchos países en desarrollo, no es fácil acceder a datos climáticos precisos (en general, no existen evaluaciones de riesgos localizadas), y los sistemas de seguimiento, aprendizaje y evaluación de la adaptación siguen estando fragmentados. Sin esas piezas del rompecabezas, es difícil que los gobiernos, las comunidades y el sector privado planifiquen con eficacia y tomen decisiones acertadas sobre dónde invertir.
Por último, las limitaciones institucionales y de gobernanza son un problema considerable. Las dificultades de coordinación entre sectores y niveles gubernamentales, sumadas a la escasez de conocimientos especializados y de experiencia (p. ej., para la puesta en marcha de una planificación e inversiones a partir de información sólida sobre el riesgo climático) obstaculizan la adaptación efectiva en muchos países.
La información climática es crucial para que las comunidades, las autoridades y los responsables de la formulación de políticas tomen decisiones acertadas Foto: PNUD Malawi
¿Qué es el objetivo mundial relativo a la adaptación?
El objetivo mundial relativo a la adaptación es un componente clave del Acuerdo de París. Compromete a las 196 Partes del Acuerdo de París a mejorar la resiliencia, reducir la vulnerabilidad y apoyar las acciones de adaptación.
Su inclusión en el Acuerdo de París fue significativa dado que subraya que la adaptación al cambio climático y las iniciativas para reducir las emisiones son igualmente importantes. También reconoce la vulnerabilidad de los países en desarrollo a los efectos climáticos y fomenta el apoyo a sus iniciativas de adaptación.
En la 28.ª Conferencia de las Partes (COP28) en Dubai, como parte del balance mundial, los líderes mundiales tomaron decisiones sobre el objetivo mundial relativo a la adaptación, ahora denominado Marco de los Emiratos Árabes Unidos en pos de la Resiliencia Climática Mundial. Los países acordaron objetivos mundiales con plazos concretos en torno a temas y sectores específicos (p. ej., agua y saneamiento, alimentación y agricultura, erradicación de la pobreza, y medios de subsistencia), así como en el marco de lo que se denomina “ciclo de las políticas de adaptación” (marco mundial que orienta a los países sobre los pasos necesarios para planificar e implementar la adaptación).
Esas iniciativas representaron avances importantes, pero aún queda mucho por hacer para acelerar la adaptación a escala mundial. Los objetivos fijados deben ser más detallados, al tiempo que debe trazarse una hoja de ruta clara para aumentar la financiación destinada a la adaptación, lo cual incluye alcanzar el objetivo de duplicar la financiación para la adaptación para 2025. Los países desarrollados deben entregar las contribuciones prometidas al Fondo Verde para el Clima, al Fondo de Adaptación, al Fondo para los Países Menos Adelantados y al Fondo Especial para el Cambio Climático para apoyar a los países más vulnerables del mundo. A su vez, todos los gobiernos deben encontrar fuentes de financiación nuevas e innovadoras, incluida la movilización del sector privado, que, históricamente, ha favorecido las iniciativas de mitigación.
¿Qué son los Planes Nacionales de Adaptación y por qué son importantes?
Los Planes Nacionales de Adaptación (PNAD) son estrategias integrales a mediano y largo plazo que describen la manera en que una nación se adaptará al cambio climático y reducirá su vulnerabilidad a los riesgos relacionados con el clima. En general, los países centran sus PNAD en sectores clave que contribuyen a su economía, seguridad alimentaria y recursos naturales.
A través de los PNAD, los países priorizan sus iniciativas de adaptación mediante la integración de consideraciones climáticas en sus políticas y planes de desarrollo nacionales, y la movilización de la financiación necesaria por medio del apoyo al desarrollo de estrategias de financiación eficaces y la canalización de las inversiones.
Asimismo, los PNAD son cruciales porque permiten a los países evaluar sistemáticamente su vulnerabilidad al cambio climático, identificar las necesidades de adaptación y diseñar estrategias eficaces con el fin de aumentar la resiliencia.
En particular, están estrechamente vinculados a las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, así como a otras políticas y programas nacionales y sectoriales.
En Funafuti, la capital de Tuvalu, se están recuperando tierras para proteger a las comunidades del aumento del nivel del mar. Foto: TCAP/PNUD
Las estaciones meteorológicas automatizadas brindan datos cruciales para la previsión y la alerta temprana. Foto: Jamil Akhtar/PNUD Pakistán
¿Qué ejemplos de adaptación climática se han dado en el mundo?
Existe un amplio número de países que encabezan la adaptación al cambio climático, muchos de los cuales mostraron una ambición e innovación formidables, pese a sus limitados recursos.
En el Pacífico, el pequeño Estado insular de Tuvalu se valió de los mejores conocimientos científicos disponibles –y de unos 270.000 metros cúbicos de arena– para recuperar una franja de tierra de 780 m de largo y 100 m de ancho, con el objetivo de proteger a la isla contra el aumento del nivel del mar y las olas de tempestad más allá del año 2100. La iniciativa es de gran envergadura para un país de atolones de baja altitud que solo tiene 26 km2 de superficie terrestre.
En la actualidad, otros países, como Malawi y Pakistán, están modernizando la recopilación y el uso de datos climáticos, así como los sistemas de alerta temprana, lo cual ofrece a comunidades, agricultores y responsables políticos la información que necesitan para proteger vidas y medios de subsistencia.
Cuba y Colombia están a la cabeza de los enfoques basados en la naturaleza, dado que recuperan ecosistemas cruciales (manglares, humedales, etc,) para protegerse contra posibles inundaciones y sequías. En ese proceso, Colombia aprovecha los conocimientos de sus pueblos indígenas, cuya experiencia en la adaptación a los cambios ambientales extremos es inestimable.
Bhután –primer país del mundo con una huella de carbono negativa– y Chad son dos de los Países Menos Adelantados del mundo que completaron sus Planes Nacionales de Adaptación. Gracias a años de meticulosa planificación y rigurosas consultas, los planes son hojas de ruta fundamentales para la adaptación en los próximos años. En el caso de Bhután, el plan está profundamente arraigado en la singular filosofía del país sobre la felicidad nacional bruta.
¿Cómo apoya el PNUD a los países para la adaptación al cambio climático?
Para el PNUD, la adaptación al cambio climático es inseparable del desarrollo sostenible y de cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por lo tanto, la adaptación es un pilar fundamental del apoyo del PNUD a los países en desarrollo de todo el mundo.
Actualmente, el PNUD es el mayor proveedor de servicios del sistema de las Naciones Unidas en lo referido a adaptación al cambio climático, con proyectos activos dirigidos a más de 164 millones de personas en más de 90 países, incluidos 13 pequeños Estados insulares en desarrollo y 44 países menos adelantados.
Desde 2002, el PNUD ha completado más de 173 proyectos de adaptación en 79 países a partir de la financiación obtenida de fondos mundiales —como el Fondo Verde para el Clima, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Fondo de Adaptación— y de la mano de los gobiernos. Esa labor contribuyó a aumentar la resiliencia de millones de personas en todo el mundo: por ejemplo, ahora más de 3 millones de personas están cubiertas por sistemas mejorados de información climática y alerta temprana, más de 645.000 personas se benefician de prácticas agrícolas climáticamente inteligentes y 473.000 personas cuentan con acceso mejorado al agua.
Para saber más sobre el trabajo de adaptación del PNUD, ingrese aquí.