
Resumen
- Los Planes Nacionales de Adaptación (PNAD) describen cómo se adaptarán los países al cambio climático a mediano y largo plazo.
- Están diseñados para adecuarse a los desafíos y riesgos climáticos específicos a los que se enfrentan los países y reducir las vulnerabilidades para proteger a las personas, los medios de subsistencia, las infraestructuras, la actividad económica y los ecosistemas naturales.
- La participación de los pueblos indígenas, la juventud, los grupos de mujeres y otras partes interesadas es clave para garantizar que los PNAD sean inclusivos y respondan a las necesidades de todas las personas.
- Los PNAD también permiten a los gobiernos acceder a la financiación climática, movilizar el apoyo internacional y coordinar las iniciativas de las distintas instituciones.
La alineación de los PNAD con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional es crucial para fomentar la resiliencia climática y cumplir los objetivos climáticos mundiales.
¿Qué son los Planes Nacionales de Adaptación?
Los Planes Nacionales de Adaptación (PNAD) describen cómo se adaptarán los países al cambio climático a mediano y largo plazo.
Estos planes permiten a los gobiernos de todos los niveles —nacionales, regionales y locales— adoptar medidas para proteger a las personas, los medios de subsistencia, las infraestructuras, la actividad económica y los ecosistemas. Están diseñados para adecuarse a los desafíos y riesgos climáticos específicos a los que se enfrentan los países, para ayudarlos a reducir sus vulnerabilidades y prepararse mejor para los efectos del cambio climático.
Los PNAD también ayudan a los países a integrar la adaptación en sus políticas, planes y programas actuales y futuros, para garantizar que los sectores clave, como la agricultura o el agua, estén preparados para las condiciones climáticas cambiantes. Al planificar con antelación, los gobiernos pueden reducir los riesgos y construir un futuro más resiliente al clima.
Los PNAD también permiten a los gobiernos acceder a la financiación climática, movilizar el apoyo internacional y coordinar las iniciativas entre los distintos niveles de la sociedad para impulsar la implementación de medidas de adaptación en los sectores prioritarios. Estas medidas pueden incluir una mejor gestión del agua, la restauración de los ecosistemas, la planificación del uso de la tierra y la construcción de infraestructuras resilientes, para ayudar a las comunidades a adaptarse.
Si bien los gobiernos nacionales son los que lideran el proceso de los PNAD, es esencial contar con la amplia participación de los distintos niveles de la sociedad. La participación de los pueblos indígenas, la juventud, los grupos de mujeres y otras partes interesadas es clave para garantizar que el plan sea transparente, inclusivo y responda a las necesidades de todas las personas.

El PNAD de Bangladesh se elaboró con la visión de construir una nación resiliente al clima mediante estrategias de adaptación eficaces. Foto: Ab Rashid/PNUD Bangladesh

El PNAD y la NDC de Mongolia tienen capítulos dedicados específicamente a la adaptación de la ganadería y la agricultura mediante soluciones basadas en la naturaleza. Foto: PNUD Mongolia
¿Por qué son importantes los PNAD para la acción climática?
Dado que en la actualidad el mundo no está en vías de limitar el calentamiento a 1,5 °C y que los inevitables efectos del cambio climático están aumentando y acelerándose, la adaptación es una necesidad urgente para los países de todo el mundo.
Los PNAD son el vehículo principal para que los países planifiquen la adaptación al cambio climático a mediano y largo plazo. Esto es especialmente importante para las 1.200 millones de personas que ya están expuestas a riesgos climáticos graves como tormentas, inundaciones, olas de calor y sequías más frecuentes y más intensas. Los países menos adelantados (PMA) y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) son particularmente vulnerables y ya se han visto afectados por graves impactos climáticos como el aumento del nivel del mar, las mareas de tempestad extremas y la acidificación de los océanos.
Los PNAD ayudan a los gobiernos a prepararse para el cambio climático mediante la identificación de soluciones eficaces y con base empírica, la búsqueda de consenso sobre las prioridades y la mejora de los procesos de toma de decisiones. También funcionan como modelo para el acceso de los países a la financiación climática. Muchos donantes y financiadores exigen que las inversiones en adaptación estén en sintonía con los PNAD para garantizar la coherencia y una contribución positiva a la consecución de las prioridades nacionales.
El proceso de los PNAD se estableció formalmente en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) dentro del Marco de Adaptación de Cancún en la 16.a Conferencia de las Partes (COP16) de 2010, y sus directrices se adoptaron al año siguiente. Se creó para integrar la adaptación al clima en la planificación básica del desarrollo, reducir las vulnerabilidades de las comunidades y garantizar un futuro más sostenible.
La importancia de los PNAD se ha visto reforzada por el objetivo mundial relativo a la adaptación y el balance mundial. El objetivo mundial relativo a la adaptación proporciona un marco para evaluar siete esferas temáticas clave para la adaptación: el agua, la salud, la biodiversidad, los alimentos, las infraestructuras, la pobreza y el patrimonio. También capta las cuatro etapas del proceso de adaptación: 1) la evaluación de impactos, vulnerabilidades y riesgos; 2) la planificación de medidas de adaptación; 3) la aplicación de las medidas de adaptación previstas; y 4) el monitoreo, la evaluación y el aprendizaje. El primer balance mundial destacó la falta de datos suficientes para evaluar la idoneidad de las medidas de adaptación actuales y la necesidad de acelerar la aplicación de las medidas de adaptación en general.
¿Cómo se alinean los PNAD con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional y cómo las favorecen?
El Acuerdo de París alienta a los países a coordinar sus iniciativas de adaptación y mitigación, para garantizar que los compromisos y planes climáticos nacionales estén en sintonía. Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) presentan los compromisos generales de un país en cuanto a mitigación y adaptación al cambio climático, mientras que los PNAD proporcionan los detalles necesarios para orientar las prioridades de adaptación y su implementación. Por lo tanto, la naturaleza de los PNAD es complementaria a la de las NDC.
En consecuencia, es crucial alinear los PNAD con las NDC para crear resiliencia climática y que los países puedan cumplir sus compromisos nacionales en virtud del Acuerdo de París. De este modo, los países pueden aunar sus esfuerzos, movilizar a financiadores e inversores y acelerar la aplicación de medidas de adaptación.
Los países pueden aprovechar al máximo sus recursos e impulsar una implementación más eficaz para aumentar la resiliencia. Este planteamiento ayuda a los gobiernos a adoptar enfoques integrados con beneficios colaterales y a aprovechar las sinergias entre los procesos de planificación nacional. A septiembre de 2024, el 81 % de las NDC incluyeron componentes de adaptación, y el 75 % mencionaron los PNAD, lo que muestra una clara tendencia a la integración.
Conforme al Marco de los Emiratos Árabes Unidos para la Resiliencia Climática Global, los objetivos del periodo de adaptación incluyen la formulación y aplicación de PNAD para 2025 y 2030, respectivamente.

Los estudios de evaluación del riesgo ayudan a las comunidades de Bosnia y Herzegovina a mejorar su planificación de la adaptación al clima. Foto: PNUD Bosnia y Herzegovina

En el marco del Plan Nacional de Adaptación del Uruguay para ciudades e infraestructuras, se llevó a cabo una evaluación de riesgos múltiples para escenarios de cambio climático en cuatro zonas urbanas. Foto: PNUD Uruguay
¿Cómo pueden los países iniciar e implementar sus procesos de elaboración de PNAD?
Dado que los PNAD son procesos impulsados por los países, su formulación está a cargo de una entidad gubernamental designada, a menudo un ministerio que trabaja en cuestiones relacionadas con el medio ambiente. Esta entidad coordina la participación de los principales ministerios sectoriales, ministerios de planificación y de finanzas, y otras partes interesadas —que pueden incluir socios internacionales—, y garantiza que el PNAD cuente con la participación nacional.
Al preparar un PNAD, la entidad responsable evalúa los impactos, riesgos y vulnerabilidades del cambio climático a los que se enfrenta el país. Después de realizar amplias consultas a escala nacional, regional y local, se seleccionan los sectores prioritarios para la intervención en función de las necesidades del país. Los sectores de agricultura, agua, silvicultura, salud, infraestructuras y ciudades son algunos de los más vulnerables a los efectos del cambio climático, con consecuencias negativas directas sobre las personas, los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria, la actividad económica y los ecosistemas.
Los países pueden iniciar e implementar su proceso de elaboración de PNAD en cuatro pasos clave. En primer lugar, establecen sólidas estructuras de gobernanza para orientar la toma de decisiones e involucrar a todas las partes interesadas. A continuación, llevan a cabo evaluaciones de los riesgos climáticos y la vulnerabilidad para comprender cómo afectará el cambio climático a los distintos sectores y recopilan importantes datos sociales y económicos. Después, priorizan y evalúan las opciones de adaptación, mediante la selección de las soluciones más eficaces en función de su viabilidad e impacto. Por último, garantizan resultados a través de la búsqueda de fuentes de financiación, la creación de sistemas de monitoreo, evaluación y aprendizaje, y la elaboración de un plan claro y viable.
¿Cómo se da seguimiento y se informa sobre el progreso en la formulación e implementación de los PNAD?
Hasta hace poco, no existían objetivos de aceptación general sobre lo que constituía una adaptación satisfactoria, y se utilizaban miles de indicadores diferentes en todo el mundo. Sin embargo, con el trabajo en curso sobre el objetivo mundial relativo a la adaptación, esto está empezando a cambiar. Se han propuesto indicadores vinculados a siete objetivos temáticos clave de adaptación y cuatro objetivos del ciclo de adaptación, que se ajustan a las etapas clave del proceso de los PNAD.
A nivel nacional, los países han estado desarrollando sistemas de datos integrales y marcos de monitoreo, evaluación y aprendizaje que son esenciales para la toma de decisiones informadas dentro de los gobiernos y que propician la rendición de cuentas en torno a las iniciativas de adaptación. El proceso de monitoreo, evaluación y aprendizaje muestra qué funciona y qué no, y permite modificar las medidas según sea necesario.
Este proceso continuo de aprendizaje y perfeccionamiento refuerza la eficacia de las iniciativas de adaptación a lo largo del tiempo y mejora la capacidad de los países para responder a la evolución de los riesgos climáticos. La finalidad de los PNAD es captar la mayor parte de esta información, y servir como instrumento principal para el seguimiento y la planificación de las medidas de adaptación.
Además, esta información se puede compartir con un público más amplio o comunicarse formalmente a la CMNUCC a través de otros medios, como las NDC, los informes bienales de transparencia o las comunicaciones sobre la adaptación. Estos mecanismos de información ayudan a garantizar la transparencia, facilitan el intercambio de conocimientos y favorecen el proceso de balance mundial para evaluar los avances colectivos relativos a la adaptación.

En Colombia, el programa SCALA se centra en acciones de adaptación en cadenas de valor agrícolas prioritarias como el café, el arroz, el maíz, la carne, los productos lácteos, la caña de azúcar y el cacao. Foto: PNUD Colombia

En Etiopía, el programa SCALA llevó a cabo una evaluación del sistema para comprender mejor las necesidades de los pequeños agricultores de la región de Harari. Foto: Melanie Pisano/PNUD
¿Qué apoyo reciben los países para desarrollar sus PNAD?
Hasta la fecha, el Fondo Verde para el Clima (FVC), el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y otros donantes bilaterales se han encargado de la financiación para la formulación y aplicación de los PNAD. En la actualidad, el Programa de Apoyo a la Preparación del FVC es la única fuente de financiación disponible de forma continua para respaldar la formulación de PNAD, con 3 millones de dólares estadounidenses disponibles por país. Este apoyo permite a los países establecer las bases para la implementación mediante la formulación de los PNAD, el desarrollo de planes de inversión, estrategias de financiación y carteras de proyectos, la integración de presupuestos, la planificación del desarrollo a escala nacional y subnacional, y la creación de capacidades.
La exitosa implementación de los PNAD requiere financiación y apoyo técnico estables y plurianuales. Sin embargo, existe una enorme brecha entre las necesidades y los flujos de financiación de la adaptación. En 2022, los flujos de financiación pública internacional de la adaptación a los países en desarrollo ascendieron a unos 28.000 millones de dólares. No obstante, las estimaciones sitúan las necesidades de financiación de la adaptación en los países en desarrollo entre los 215.000 y 387.000 millones de dólares al año.
¿Qué apoyo brinda el PNUD a los países para elaborar e implementar sus PNAD?
Para noviembre de 2024, 143 países habían puesto en marcha sus PNAD (enlace en inglés) y 61 de ellos ya los habían presentado a la CMNUCC. El PNUD ayudó a un total de 38 países en desarrollo, incluidos 21 PMA y PEID, a formular y presentar sus PNAD.
En la actualidad, el PNUD apoya activamente a 50 países en desarrollo en sus esfuerzos de planificación nacional de la adaptación (enlace en inglés), a los que ayuda a movilizar recursos y a implementar soluciones climáticas. En 2024, el PNUD apoyó a 10 países para que presentaran sus propuestas de preparación de PNAD al FVC. Esta labor estratégica establece las bases para los programas de adaptación. Además, gracias a la financiación de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI), el PNUD ha ayudado a 30 países a alinear sus PNAD y sus NDC.
Tanto el PNAD como la NDC de Bhután dan prioridad a la adaptación en el sector del agua. Con el apoyo del PNUD y la financiación del Programa de Apoyo a la Preparación del FVC para el proceso de los PNAD y su posterior publicación en 2023, el Gobierno llevó a cabo una evaluación a escala nacional de los efectos del cambio climático que puso de relieve las acciones clave en la restauración de cuencas hidrográficas y la adopción de medidas de defensa contra el cambio climático en represas y sistemas de riego. A continuación, el país logró movilizar recursos adicionales por un total de 8,9 millones de dólares del Fondo para los PMA del FMAM (enlace en inglés) para hacer frente a la escasez de agua e implementar iniciativas de adaptación a gran escala en tres distritos.
Mientras tanto, Uruguay, uno de los primeros países en crear un PNAD centrado en fortalecer la resiliencia de sus ciudades, reforzó su adaptación climática a través de sólidos sistemas de monitoreo y evaluación al desarrollar una herramienta interactiva en línea que permite a la ciudadanía hacer un seguimiento de 41 medidas de adaptación y 481 actividades con la ayuda del PNUD para la implementación y la financiación del Programa de Apoyo a la Preparación del FVC.

La propuesta de PNAD de la India fue una de las cuatro que recibieron el apoyo del PNUD y la aprobación del FVC en 2024, junto con las de Macedonia del Norte, el Senegal y Burundi. Foto: PNUD India

En diciembre de 2024, expertos del FVC visitaron Bhután para ser testigos del impacto de un plan de irrigación diseñado a partir de los resultados del trabajo del PNAD del país. Foto: Dechen Wangmo/PNUD Bhután
El PNUD, a través de su iniciativa Climate Promise, es uno de los principales socios del proyecto Adaptation Pipeline Accelerator del Secretario General de las Naciones Unidas. En el marco de esta iniciativa, con el apoyo financiero del Gobierno de Alemania, el PNUD ayudó a Malí a finalizar su primer PNAD y a preparar una propuesta de proyecto para acceder a la financiación del FVC para PNAD. Asimismo, facilitó la preparación por parte de Cote d'Ivoire de cinco proyectos de adaptación dentro de una cartera gubernamental para implementar el PNAD y la NDC en consulta con las autoridades locales, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado. En julio de 2024, el Banco Africano de Desarrollo aprobó una de estas notas conceptuales centrada en los sistemas de alerta temprana por 7,1 millones de dólares.
El programa Ampliación de la Ambición Climática en el uso de la Tierra y la Agricultura a través de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional y los Planes Nacionales de Adaptación (SCALA), codirigido por el PNUD y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y financiado por el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección del Consumidor de Alemania (BMUV) a través de su Iniciativa Internacional para el Clima (IKI), ayuda a los países a traducir sus compromisos climáticos —NDC y PNAD— en acciones concretas, especialmente en los sectores del uso de la tierra y la agricultura. A través de la identificación de vías de implementación y la implicación del sector privado, este programa está impulsando un cambio transformador en los sistemas agroalimentarios de más de 20 países.
En Etiopía, el programa SCALA trabajó con el Ministerio de Agricultura para apoyar la implementación de la NDC y el PNAD del paísd (enlace en inglés). El trabajo se centró en las principales carencias de adaptación y en la elaboración de planes de implementación local para cuatro regiones. Asimismo, las sesiones de capacitación impartidas en el marco del programa ayudaron a los planificadores regionales a incorporar las acciones climáticas en los planes de desarrollo a nivel de distrito.
Gracias al apoyo de SCALA, el PNAD y la NDC de Mongolia tienen capítulos específicos y coincidentes (enlace en inglés) sobre la adaptación de la ganadería, las frutas y bayas, y la agricultura arable por medio de soluciones basadas en la naturaleza, como las franjas forestales, para combatir la erosión y mejorar la salud del suelo.