Resumen
- El cambio climático afecta a las ciudades con una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, olas de calor, aumento del nivel del mar e inseguridad alimentaria e hídrica.
- Los efectos del cambio climático tienden a agravar las disparidades sociales y económicas, especialmente en los países en desarrollo, donde las ciudades se enfrentan a un aumento de la migración de zonas rurales a urbanas.
- Si bien las ciudades contribuyen de manera significativa al cambio climático, dado que son responsables de casi tres cuartas partes de las emisiones totales, también son centros de prácticas innovadoras y sostenibles.
- Las ciudades pueden desempeñar una función fundamental en la reducción de las emisiones y el aumento de la resiliencia a través de inversiones climáticas, una planificación urbana ambiciosa y políticas sólidas.
- Los países deben involucrar a sus líderes, sus planificadores de ciudades y sus poblaciones urbanas vulnerables en el desarrollo y la aplicación de sus compromisos climáticos.
¿Por qué son importantes las ciudades en la lucha contra el cambio climático?
Las ciudades son elementos clave para combatir el cambio climático por numerosas razones.
Las ciudades acogen a más de la mitad de la población mundial, lo que supone un total de 4.400 millones de habitantes, y se prevé que la población urbana se duplique para 2050. Esto significa que para entonces casi 7 de cada 10 personas en el mundo vivirán en ciudades. Debido a esta densidad de población, las ciudades también representan más del 80 % del producto interno bruto mundial y contribuyen en gran medida a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI).
Las ciudades consumen abundantes recursos, como energía y agua, y sirven como centros de transporte clave, lo que provoca la emisión de importantes cantidades de carbono a través de las extensas redes de carreteras, los sistemas de transporte público y los aeropuertos. A escala mundial, las zonas urbanas son responsables de alrededor del 60 % de las emisiones de GEI.
Si bien las ciudades contribuyen de manera significativa al cambio climático a causa de su rápido crecimiento y sus elevadas emisiones, también sirven como centros de innovación y de soluciones. De hecho, las ciudades ofrecen amplias oportunidades para aplicar prácticas sostenibles y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
A medida que las Partes se embarcan en la mejora de sus compromisos climáticos nacionales (también conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional o NDC, por sus siglas en inglés) para la 30.ª Conferencia de las Partes (COP30) en 2025, será fundamental garantizar que las partes interesadas más afectadas por la crisis climática y las que poseen la experiencia necesaria para aplicar políticas, acciones y proyectos relacionados con el clima participen activamente en el proceso de revisión de las NDC. En particular, esto incluiría a las poblaciones vulnerables de las ciudades, como las mujeres, los pueblos indígenas y la juventud, así como a líderes y profesionales con experiencia y conocimientos sobre la planificación de las ciudades. /p>
Port Louis (Mauricio) mantiene un gran ajetreo, con tráfico intenso y actividad peatonal durante las horas pico. Foto: PNUD en Mauricio y Seychelles
Perfil urbano de una ciudad de Mongolia, que muestra la actividad industrial y la contaminación. Foto: PNUD Mongolia/Nicolas Petit y el Centro de Investigación y Cooperación sobre el Cambio Climático de Mongolia
¿Cuáles son los impactos del cambio climático que afectan a las ciudades en todo el mundo?
- Fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes: Las ciudades están cada vez más expuestas a fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones, tormentas e incendios forestales, que provocan la pérdida de vidas y medios de subsistencia, el desplazamiento de personas y daños a las infraestructuras.
- Aumento del nivel del mar y mayor riesgo de inundaciones: Unas temperaturas más altas también están provocando lluvias más intensas e inundaciones extremas en ciudades en todo el mundo. Las ciudades costeras son especialmente vulnerables al aumento del nivel del mar, puesto que tienen una población cada vez más numerosa que vive en las zonas costeras. Los pronósticos indican un aumento del riesgo de inundaciones en cientos de zonas urbanas costeras densamente pobladas para mediados de siglo (enlace en inglés). De no tomar medidas contra el cambio climático, ninguna gran ciudad, sea del continente que sea, quedará intacta. En Lagos, Nigeria, una ciudad de baja altitud en la costa atlántica que, según las previsiones, será la ciudad más grande del mundo a finales de siglo, las pérdidas económicas debidas a las inundaciones ascienden ya a 4.000 millones de dólares de los Estados Unidos (USD) al año. Mientras tanto, Indonesia se dispone a sustituir Yakarta, la ciudad que más rápido se hunde del mundo, por una nueva capital recién planificada que aún no se ha construido.
- Olas de calor y contaminación atmosférica: Las zonas urbanas soportan una carga cada vez mayor debido a la recurrencia de las olas de calor. El "efecto isla de calor urbana", impulsado por las actividades humanas y las infraestructuras construidas, intensifica las olas de calor y puede provocar temperaturas mucho más altas que las de las zonas rurales. Esto, combinado con la rápida urbanización, podría significar que las ciudades se están calentando a una velocidad dos veces superior a la del promedio mundial (enlace en inglés), con un posible aumento de las temperaturas de hasta 4 °C si las emisiones de gases de efecto invernadero mantienen su trayectoria actual. Además, las olas de calor empeoran la calidad del aire en las ciudades y plantean riesgos específicos para la salud en las zonas urbanas, lo que exacerba los impactos climáticos al aumentar las emisiones de carbono por la formación de ozono troposférico.
- Amenazas para los alimentos y el agua: Las amenazas climáticas también suponen un riesgo fundamental para la salud, la calidad de vida, la seguridad de los sistemas alimentarios, la disponibilidad de alimentos, la escasez de agua y la degradación de los sistemas naturales. Las ciudades son responsables de alrededor del 75 % del consumo mundial de recursos naturales, y la variabilidad y las perturbaciones de los sistemas que proporcionan fuentes fiables, de alta calidad y asequibles de alimentos y agua, pueden tener enormes repercusiones y ponen de relieve la importancia de reforzar los vínculos entre las zonas urbanas y rurales.
- Aumento de las desigualdades: Los impactos del clima tienden a aumentar las disparidades sociales y económicas existentes, especialmente en los países en desarrollo, donde las ciudades afrontan un aumento de la migración de las zonas rurales a las urbanas, a menudo potenciada por los desplazamientos debido a los efectos del cambio climático. Por ejemplo, la ciudad de Daca, en Bangladesh (enlace en inglés), experimenta una afluencia de aproximadamente 400.000 migrantes al año, lo que intensifica los desafíos para su creciente población, que se enfrenta a vulnerabilidades relacionadas con el clima agravadas por un acceso limitado a los servicios esenciales. El aumento de la desigualdad, la pobreza urbana y la exclusión coincide también con el aumento de los asentamientos informales, donde los riesgos climáticos son más graves, que se han convertido en la forma dominante de crecimiento urbano: más de 1.000 millones de personas viven actualmente en este tipo de asentamientos.
Para que los países protejan a sus poblaciones e infraestructuras urbanas de estas dificultades cambiantes, es fundamental que adopten medidas de adaptación y refuercen la resiliencia de las ciudades y sus habitantes.
El asentamiento informal West Point en Liberia es una de las zonas más densamente pobladas de Monrovia. Foto: UNMIL/Albert Gonzalez Farran
Mujeres caminando por las calles de Daca, Bangladesh. Foto: PNUD Bangladesh/Fahad Kaizer
Una carretera derrumbada en Blantyre, la segunda ciudad más grande de Malawi, tras el paso del ciclón Freddy en 2023. Foto: PNUD Malawi
¿Qué tipo de acción climática pueden emprender las ciudades?
Las ciudades tienen una función esencial a la hora de anticiparse a los desafíos climáticos y hacerles frente. Al dar prioridad al aumento de las inversiones climáticas, a una planificación urbana ambiciosa y a políticas sólidas, las ciudades pueden contribuir de manera decisiva a traducir los objetivos climáticos mundiales en soluciones alcanzables a nivel local.
Por ello, es cada vez más importante elaborar planes climáticos locales en los que las ciudades se comprometan a reforzar su resiliencia al cambio climático, aumentar su capacidad de adaptación, reducir sus emisiones, mejorar su preparación ante los desastres, actualizar las estrategias de respuesta y adoptar medidas más firmes de adaptación y mitigación.
Los ejemplos concretos de acciones climáticas locales (enlace en inglés) incluyen la inversión en infraestructuras ecológicas y resilientes al clima mediante la mejora de la eficiencia energética de los edificios, la ampliación del acceso a la energía limpia y el fomento del transporte con bajas emisiones de carbono. Además, las comunidades y las ciudades se pueden centrar en la gestión sostenible de residuos, la producción local de alimentos y la mejora de los espacios verdes urbanos para mitigar el efecto de isla urbana a través de bosques, parques y jardines urbanos. Para las ciudades costeras, esto puede significar reforzar la protección contra las inundaciones mediante diques, represas y malecones, y plantar ecosistemas de manglares como amortiguadores. Estos esfuerzos tienen el potencial de generar importantes reducciones de emisiones, al tiempo que aportan beneficios económicos a las poblaciones urbanas y las economías locales.
Evidentemente, la aplicación de estas acciones solo es posible si se solucionan los problemas de gobernanza, que incluyen limitaciones de financiación, voluntad política insuficiente, instituciones y economías centralizadas y prioridades contrapuestas.
En Hué (Viet Nam) se están introduciendo programas de bicicletas eléctricas y de bicicletas compartidas para reducir la huella de carbono de las actividades turísticas. Foto: PNUD Viet Nam
Sistemas solares fotovoltaicos instalados en el tejado del hospital público de Bouar, una ciudad del Monte Líbano. Foto: PNUD Líbano/Fouad Choufany
¿Qué ejemplos se pueden citar de ciudades que adoptan acciones climáticas?
La ciudad peruana de Lima, una de las pocas megalópolis situadas en un desierto, es pionera en soluciones innovadoras para hacer frente a la escasez de agua y avanzar en el objetivo nacional de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40 % para 2030. Con la ayuda de la tecnología de atrapanieblas y el riego automatizado, la ciudad está probando la posibilidad de captar agua en los oasis de niebla de las colinas que rodean la capital. También se están plantando árboles autóctonos para reforestar zonas amenazadas y se han instalado estaciones climáticas para el monitoreo y la disuasión de actividades ilegales. Para garantizar el sentido de propiedad y la protección de estos recursos esenciales, las comunidades locales participan activamente en los procesos de toma de decisiones.
En Egipto, Sharm El-Sheikh aprovechó la oportunidad de celebrar la COP28 para resaltar aún más su compromiso con la sostenibilidad por medio de la instalación de tejados solares en hoteles y sistemas fotovoltaicos a pequeña escala (enlace en inglés) en estructuras clave como el aeropuerto, el hospital y las oficinas gubernamentales, lo cual es modelo para otras ciudades. Más recientemente, se inauguraron cinco centrales de energía solar en lugares declarados patrimonio mundial y en museos de las mayores ciudades del país, como el Museo de Sharm El Sheikh, el Palacio Manial de El Cairo, dos museos de Alejandría y el Centro de Visitantes de la Meseta de Guiza. Las nuevas instalaciones contribuirán a una reducción anual de aproximadamente 295 toneladas de dióxido de carbono. También se han instalado más de 132 centrales solares fotovoltaicas a pequeña escala en 16 provincias para mejorar el acceso a la energía solar en todo el país.
La estación solar del Centro de Visitantes de la Meseta de Guiza forma parte de una iniciativa pionera de sistemas fotovoltaicos en tejados en Egipto. Foto: PNUD Egipto
El paseo urbano Imbuga en Kigali, Rwanda, ayuda a mejorar la vida en la ciudad al tiempo que reduce las emisiones. Foto: PNUD Rwanda/Mucyo Serge
A medida que Malasia apuesta por paisajes urbanos más ecológicos y sostenibles, sus ciudades adoptan medidas concretas para liderar el cambio. El país ha puesto en marcha el programa marco Low Carbon City (ciudades con bajas emisiones de carbono), en el que participan 64 autoridades locales para crear estrategias y planes de acción para iniciativas de baja emisión de carbono dentro de sus jurisdicciones. En concreto, las ciudades de Kuala Lumpur, Iskandar Malasia, Seberang Perai y Malaca han elaborado planes de acción de bajas emisiones de carbono y realizado inventarios de gases de efecto invernadero para hacer seguimiento a sus progresos en la reducción de las emisiones de carbono. Otras cinco ciudades están poniendo en marcha iniciativas de bajas emisiones de carbono mediante un enfoque integrado que abarca la formulación de políticas, campañas de sensibilización, desarrollo de capacidades y proyectos de demostración.
En Uganda, donde la urbanización provoca un aumento anual en la generación de residuos domésticos, la empresa emergente Yo-Waste, dirigida por jóvenes, colabora con los municipios de Kampala y Entebbe, junto con líderes locales, residentes y empresas, para garantizar la recolección y eliminación adecuadas de los residuos. Este esfuerzo es especialmente vital durante las estaciones de lluvias para evitar riesgos medioambientales e impedir que la basura obstruya los sistemas de drenaje, con lo que se reduce la posibilidad de inundaciones y sus consiguientes amenazas para la salud. Hasta la fecha, su iniciativa ha beneficiado a más de 10.000 hogares, con una gestión mensual de aproximadamente 320 toneladas de residuos sólidos urbanos. Yo-Waste, con un equipo de 32 trabajadores a tiempo completo, también brinda ingresos estables a jóvenes urbanitas, lo que contribuye al crecimiento económico local.
Türkiye participa activamente en la elaboración de Planes Locales de Acción contra el Cambio Climático destinados a integrar las cuestiones climáticas en la planificación del desarrollo. En 2024, seis municipios piloto, entre ellos Antalya, Kahramanmaraş y Elazığ, empezaron con el desarrollo de estos planes. Un aspecto crucial de esta iniciativa es el desarrollo de la herramienta YSGEA, inspirada en el Protocolo global para inventarios de emisiones de gases de efecto invernadero a escala comunitaria, que los municipios pueden utilizar para calcular y notificar las emisiones locales. Además, la creación de un portal en línea sobre el cambio climático (e-YİDEP) y las evaluaciones regionales de vulnerabilidad pretenden reforzar la accesibilidad, el monitoreo, la transparencia y la coherencia de los datos en todos los municipios. Los esfuerzos complementarios incluyen la evaluación de los impactos y beneficios sociales, económicos y ambientales de las acciones climáticas propuestas a nivel subnacional.
Los huertos hidropónicos orgánicos e inteligentes de las escuelas de La Paz apoyan la transición de la ciudad hacia sistemas alimentarios locales sostenibles. Foto: PNUD/Daniela Peris
Yo-Waste hace posible que los hogares y empresas urbanas programen cómodamente la recolección de basura a través de un teléfono móvil. Foto: Yo-Waste Ltd
¿Cómo ayuda el PNUD a los esfuerzos para la acción climática en las zonas urbanas?
El PNUD apoya activamente la acción climática en las zonas urbanas a través de varias iniciativas y programas. A continuación se presentan algunos ejemplos.
- Financiación e inversión: El PNUD ayuda a las ciudades a superar los desafíos de la financiación climática mediante el apoyo a los gobiernos para que accedan a nuevas fuentes de financiación, la facilitación de mecanismos de financiación innovadores, el fortalecimiento de la integración de las cuestiones relacionadas con el clima y el medio ambiente en las políticas económicas y financieras, y la creación de capacidades para realizar un mejor seguimiento del gasto relacionado con el clima.
- Apoyo político: El PNUD apoya a las ciudades en la elaboración y la aplicación de políticas y planes de acción relacionados con el clima que estén alineados con marcos internacionales como el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible; las NDC desempeñan una función esencial en el avance de esta agenda. En el marco de la iniciativa Climate Promise, el PNUD colabora con gobiernos y otras partes interesadas de 55 países para integrar las consideraciones climáticas en los procesos de planificación y desarrollo urbanos.
- Asistencia técnica: El PNUD ofrece asistencia técnica para ayudar a las ciudades a identificar los riesgos climáticos, desarrollar infraestructuras resistentes al clima y fortalecer la acción climática a nivel urbano y subnacional.
- Creación de capacidades: El PNUD proporciona apoyo para el desarrollo de capacidades a los gobiernos locales y a las partes interesadas urbanas para mejorar su comprensión de los efectos del cambio climático y elaborar estrategias eficaces de adaptación y mitigación.
- Intercambio de conocimientos: El PNUD facilita el intercambio de conocimientos y mejores prácticas entre las ciudades, lo que permite que aprendan unas de otras de sus experiencias e innovaciones para hacer frente al cambio climático en las zonas urbanas.
- Promoción: El PNUD colabora estrechamente con otros organismos de las Naciones Unidas como el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) y sus socios para sensibilizar a la población sobre la función vital de los gobiernos locales y regionales y de las ciudades en la lucha contra el cambio climático, y sobre su potencial para reforzar y alcanzar los objetivos climáticos de las NDC.
A través de estas y otras iniciativas, el PNUD realiza una labor crucial de apoyo a las zonas urbanas de todo el mundo en sus esfuerzos por hacer frente al cambio climático y construir comunidades y ciudades resilientes y sostenibles.