Foto: PNUD Yemen
La Semana del Clima de la región de Oriente Medio y Norte de África tendrá lugar en Dubái a finales de mes y Egipto será la sede de la COP27 a finales de este año. De esta forma, el cambio climático está a punto de convertirse en un tema principal en la región de los Estados Árabes. Hablamos con Kishan Khoday, Líder del Equipo Regional de Naturaleza, Clima y Energía en el Centro Regional del PNUD para los Estados Árabes, sobre las prioridades estratégicas para los países de la región.
1. La región de los Estados Árabes es una de las más afectadas por la crisis climática. Desde el punto de vista y la experiencia del PNUD, ¿cuáles cree que son los principales problemas que enfrentarán los países de la región en las próximas décadas?
El cambio climático plantea el mayor desafío que la región de los Estados Árabes ha enfrentado alguna vez. Las temperaturas en la región han aumentado más rápido que el promedio mundial, con un posible aumento de 5°C sobre los niveles preindustriales para 2100. La región depende en gran medida de las importaciones de alimentos, y sus recursos hídricos renovables están cada vez más restringidos y podrían disminuir en un 20 % para 2030. La amenaza para millones de personas en la región que enfrentarán el desplazamiento inducido por el clima en las próximas décadas es muy real.
2. Sabemos que la crisis climática puede exacerbar las tensiones sociales, los desplazamientos y los conflictos. ¿Qué podemos hacer para limitar estos riesgos en la región?
Sí, el cambio climático ya ha acelerado las crisis humanitarias en toda la región. Por ejemplo, hace una década, en los años previos a los levantamientos árabes, la región experimentó uno de los peores ciclos prolongados de sequía de los últimos 1.000 años, coincidiendo con movimientos sociales en favor del cambio y con los impactos de la crisis de alimentos, combustibles y la crisis financiera.
En la actualidad, las mismas áreas de la región que experimentan conflictos y desplazamiento también se encuentran entre las que corren mayor riesgo por el cambio climático. Existe un imperativo creciente de integrar la acción climática como parte de los esfuerzos de recuperación ante las crisis, junto con la restauración resiliente al clima de la agricultura, la pesca y la infraestructura urbana, crítica para la recuperación en entornos posteriores a un conflicto y de crisis prolongada.
En los países frágiles de la región, el PNUD ha ampliado su apoyo sobre el terreno en los últimos años para ayudar a los países a gestionar el riesgo multi-dimensional y mejorar su reconstrucción en situaciones de conflicto y desplazamiento. Esto incluye nuevas iniciativas de cambio climático en lugares como Iraq, Palestina, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, donde ayudamos a los países a implementar Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y expandir la acción climática con cobeneficios de desarrollo para mayores objetivos de prevención y recuperación ante crisis.
3. Uno de los desafíos en la implementación de una acción climática a gran escala es tener que brindar soluciones bajas en carbono en sectores completos de la economía. ¿Cómo están trabajando los países de la región con el sector privado para manejar la transición?
La región de los Estados Árabes alberga los niveles más altos de radiación solar del mundo, pero hoy, solo alrededor del 7 % de la energía en la región proviene de energía renovable, y solo entre el 1 % y el 2 %, de la energía solar o eólica. Cambiar de fuentes de energía convencionales de petróleo y gas a energía limpia será una de las mayores oportunidades del mercado en los próximos años. Están surgiendo algunas señales positivas en este sentido. En los últimos años, los países de la región lograron expandir diez veces las capacidades solares y eólicas, de solo 0,5 GW en 2008 a alrededor de 7,2 GW en 2018, mientras que las licitaciones recientes han resultado en los precios más bajos a nivel mundial de energía solar. Todavía en una etapa incipiente, esta trayectoria es un desarrollo positivo y algo en lo que la región puede basarse, incluso a través de alianzas con el sector privado.
Una base importante para este trabajo serán las NDC mejoradas y los Planes de Acción Nacional de Energías Renovables que los países de la región han adoptado en los últimos años. A través de estos y otros procesos, han surgido metas más ambiciosas y políticas innovadoras como base para atraer inversión privada, reformar los subsidios energéticos, establecer instituciones de energía renovable y fondos nacionales, y experimentar con zonas de desarrollo de energía renovable. El objetivo regional acumulado de capacidad de energía renovable para 2035 ahora es de 190 GW, ¡un aumento de 26 veces con respecto a los niveles de 2018!
Lograr esta visión requerirá un entorno propicio y fuerte a nivel de país, incluidas políticas mejoradas que reduzcan y/o transfieran los riesgos de los inversores. El PNUD está ampliando su apoyo para ayudar a los países a identificar las barreras y los riesgos que están frenando la inversión privada en energías renovables y poner en marcha políticas para reducir estos riesgos y catalizar la inversión del sector privado a gran escala.
Si bien gran parte del crecimiento de la región en energía renovable hasta la fecha ha sido en grandes instalaciones solares destinadas a diversificar la energía a nivel nacional, quedan grandes brechas para garantizar el acceso inclusivo a la energía sostenible para quienes viven en la pobreza, cuyo número se ha expandido rápidamente en los últimos años debido al conflicto, el desplazamiento y las consecuencias económicas de la pandemia de COVID-19. En respuesta, el PNUD también ha ampliado sus alianzas locales de energía sostenible para implementar soluciones descentralizadas como mini-redes solares y soluciones fuera de la red para expandir el acceso a la energía en lugares como Egipto, Líbano, Palestina, Somalia, Sudán y Yemen, con resultados particulares hacia el empoderamiento de la mujer.
4. Un gran número de activistas por el clima sienten que la COP26 no alcanzó el nivel de urgencia necesario. ¿Qué cree que significó la COP26 para los países de la región?
La COP26 reflejó varios resultados importantes de relevancia para la región. En el período previo a la COP26, siete países (Iraq, Jordania, Líbano, Marruecos, Somalia, Sudán y Túnez) desarrollaron y presentaron sus NDC mejoradas con la asistencia técnica del PNUD, aumentando su ambición en los objetivos de adaptación y mitigación climática. El Pacto Climático de Glasgow anunciado en la COP26 es una base importante para acelerar la implementación de las NDC en la región, a través de una mayor financiación climática y la provisión de tecnología innovadora y el desarrollo de capacidades.
La necesidad de aumentar la financiación de la adaptación climática para los países vulnerables también fue un enfoque principal en la COP26. Como una de las zonas críticas de riesgo climático del mundo, esta es una agenda crucial para la región de los Estados Árabes. La COP27 en Egipto seguramente aumentará el enfoque en este tema. Si bien se ha dado un progreso a nivel mundial en los últimos años en la movilización de inversiones públicas y privadas para la mitigación del cambio climático y la energía limpia, se ha visto un progreso menor para la adaptación climática. El PNUD está apoyando a siete países de la región para desarrollar Planes Nacionales de Adaptación y para diseñar una nueva generación de mayores iniciativas de adaptación para un desarrollo resiliente al clima con el apoyo del Fondo Verde para el Clima, el Fondo para los Países Menos Adelantados, la Iniciativa Climática Internacional de Alemania y otros socios.
5. La COP27 tendrá lugar en Egipto y la COP28 en los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Por lo tanto, la región ocupará una posición destacada de liderazgo climático durante los próximos dos años. ¿Qué tipo de acción podemos esperar ver en los próximos años?
La decisión de convocar la COP27 en Egipto en 2022 y la COP28 en los Emiratos Árabes Unidos en 2023 llega en un momento crítico en la región, ya que los impactos climáticos se aceleran, las necesidades de adaptación climática se expanden y el camino hacia una transición de energía limpia se amplía. Estamos observando más ambición en toda la región de los Estados árabes para avanzar en una transición resiliente al clima y baja en carbono, con la COP27 y la COP28 como una ventana de oportunidades para abogar por acciones transformadoras y expandir la comunidad que aboga por el cambio.
En general, el camino hacia la COP27 y la COP28 será una oportunidad única para elevar el perfil de la región de los Estados Árabes como una zona crítica de riesgo climático a nivel mundial y una prioridad principal para las inversiones en adaptación climática, así como un socio importante, francamente esencial, para la transición mundial de energía limpia.
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A través de la iniciativa Climate Promise y otras iniciativas, el PNUD está trabajando con países en la región de los Estados Árabes para avanzar en sus agendas de implementación de NDC, aprovechar las oportunidades para ampliar la financiación y la adaptación climática, y poner en marcha políticas para gestionar mejor los riesgos convergentes del conflicto y cambio climático.