A escala mundial, los países y las comunidades sufren un aumento de los efectos del cambio climático, que incluyen desde la pérdida de vidas y medios de subsistencia hasta la degradación de la tierra agrícola, el desplazamiento y una menor biodiversidad.
Cada vez resulta más evidente que, si bien la adaptación y el fomento de la resiliencia pueden reducir o prevenir varias de estas pérdidas, existen límites difíciles de superar.
Las pérdidas y los daños pueden hacer referencia a las repercusiones inevitables del cambio climático —en términos económicos y no económicos— que tienen lugar independientemente de que se emprendan o no esfuerzos de mitigación y adaptación.
Al respecto, se pueden citar como ejemplos la reconstrucción de infraestructura que se ha visto dañada repetidamente como consecuencia de inundaciones, la pérdida de tierra costera (y de casas y empresas), la pérdida de conocimientos tradicionales derivada del aumento del nivel del mar y la erosión costera, o el trauma provocado por el paso de un ciclón tropical o años de sequía.
En la 27.ª Conferencia de las Partes de 2022, estas alcanzaron un acuerdo histórico a fin de crear nuevos mecanismos de financiación, entre ellos un nuevo fondo para las pérdidas y los daños relacionados con fenómenos climáticos destinado a los países especialmente vulnerables.
Este acuerdo —una cuestión que durante décadas ha sido fundamental para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo— se logró con mucha dificultad y supuso un punto de inflexión en el reconocimiento de las amplias desigualdades de la crisis climática, con el propósito de facilitar financiación muy necesaria para los países y las comunidades más pobres que afrontan pérdidas y daños continuados.
Las pérdidas y los daños son una esfera que gana cada vez más reconocimiento. Más de 30 países respaldados por la Iniciativa Climate Promise resaltaron específicamente su importancia al presentar una mejor contribución determinada a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Varios países insulares como Antigua y Barbuda, Barbados, Santa Lucía y Vanuatu son pioneros en este sentido y cuentan con secciones especiales dedicadas a esta cuestión.
La iniciativa Climate Promise del PNUD presta apoyo a los países para evitar, minimizar y enfrentar las pérdidas y los daños mediante el proceso de las NDC con el objeto de encontrar medidas que contribuyan a prevenir las pérdidas y los daños de manera holística, y responder a ellos.