En términos generales, se reconoce que los modelos de consumo y producción insostenibles de la humanidad son la causa de la triple crisis planetaria: el cambio climático, los residuos y la contaminación, y la pérdida de biodiversidad.
El sistema económico lineal de la actualidad responde a un modelo de extracción de materias primas de la naturaleza, su transformación en productos de consumo y su posterior eliminación como residuos. Solo el 7,2 % de los materiales utilizados se reintegran a nuestras economías tras su uso. Esto supone una carga significativa para el medio ambiente y contribuye a las crisis climática, de residuos y contaminación, y de biodiversidad. Asimismo, aumenta la competición por los recursos, lo que agrava los problemas sociales, económicos y ambientales existentes. Esta situación podría, a su vez, contribuir a la inseguridad a nivel local, nacional, regional y mundial.
Los enfoques de la economía circular, por otra parte, están diseñados para reducir los residuos y la contaminación, mantener el máximo valor de los materiales y recursos en uso durante el mayor tiempo posible y regenerar los ecosistemas naturales. Estos enfoques se pueden aplicar en distintos sectores, desde el de la moda y la industria textil hasta el sector de edificaciones y la construcción, así como en diferentes etapas del ciclo de vida de un producto, como el diseño, la fabricación, la distribución y la eliminación.
Los enfoques de la economía circular pueden ayudar a los países a acelerar su transición hacia economías más inclusivas, resilientes y con menos emisiones de carbono.
En virtud del Acuerdo de París, los países asumen compromisos climáticos nacionales, o Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la resiliencia climática. Si incorporan enfoques de economía circular en estos compromisos, los países pueden agilizar la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono, proteger la naturaleza y la biodiversidad y crear empleos verdes, decentes y dignos para su ciudadanía.
Son muchos los gobiernos que ya han integrado enfoques de economía circular en sus NDC en sectores clave como los residuos, la alimentación y la agricultura, la planificación urbana, el turismo, y los edificios y la construcción.
A través de la iniciativa Climate Promise, el PNUD trabaja con los países para evaluar, identificar e implementar enfoques de economía circular como parte de sus NDC. Esto incluye realizar evaluaciones de la economía circular para identificar áreas prioritarias para las medidas de circularidad y crear comunidades de práctica para involucrar al sector privado.
Asimismo, apoyamos la planificación y elaboración de presupuestos nacionales y sectoriales, ayudamos a crear capacidades entre las principales partes interesadas y aumentamos la conciencia sobre la economía circular como una poderosa herramienta para cumplir los objetivos climáticos, de biodiversidad y de desarrollo de los países.